“Confirmo que estamos comprometidos a ponerle fin al conflicto y acatar las resoluciones pertinentes. La meta de los palestinos es que se haga realidad un Estado independiente” según las fronteras de 1967, argumentó Abbas, quien criticó a Israel por seguir construyendo en territorios palestinos asentamientos que son “una violación de las políticas internacionales” pactadas entre ambas naciones.

Esta política de asentamientos "amenaza y socaba a la Autoridad Palestina”, definió el mandatario, quien se mostró dispuesto al diálogo: “A pesar de nuestro derecho incuestionable a la autodeterminación (…), extendemos nuestra mano al gobierno y al pueblo de Israel para alcanzar la paz”, dijo.

"Ha llegado la hora de que mi valiente y orgulloso pueblo, tras décadas de expulsión y de ocupación colona y de sufrimiento sin fin, viva como otros pueblos del mundo, libre y en una patria soberana e independiente", dijo Abbas, y generó los aplausos de varios miembros de la Asamblea.

En tanto, miles de personas se reunieron en la Plaza del Reloj de Ramala, también conocida como Plaza Arafat, para seguir en directo frente a una pantalla gigante el discurso de Abbas. El clima fue de kermesse, con altoparlantes que transmiten música continuada. Tanto Ramalá como las demás ciudades de Cisjordania parecen tranquilas, y los servicios de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina mantienen un orden total.