La sugerencia realizada por la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien el viernes había sostenido que ella "no aconsejaría a nadie que se entregara a las autoridades del régimen en estos momentos", "va en contra de los esfuerzos logrados la semana pasada para detener la violencia", agregó el canciller, de acuerdo con la agencia oficial SANA.

En opinión del ministro sirio, el llamado estadounidense constituye una "implicación directa en la sedición y la violencia en Siria, que ha hecho que se produzcan víctimas inocentes entre el Ejército, la Policía y los civiles sirios". Damasco sostiene que la revuelta popular es "un complot de países hostiles" y que está instrumentada por grupos armados islamistas que reciben armas y financiamiento desde el extranjero.

La semana pasada, Siria aceptó un plan de paz elaborado por la Liga Arabe, pero la iniciativa naufragó en medio de renovada violencia entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. Según Damasco, con su llamado, Washington está "animando a los grupos armados a continuar con sus actos criminales contra el pueblo y el Estado sirio", además de demostrar su "deseo de obstruir la iniciativa y los esfuerzos de la Liga Arabe que buscan poner fin a la crisis y restaurar la seguridad y la estabilidad".

Sin embargo, subraya el ministro, las autoridades sirias "harán todo lo posible para realizar la iniciativa de la Liga Arabe" y pide a las partes que recibirán el mensaje que condenen las acciones estadounidenses y "ayuden a crear un ambiente favorable para cumplir los acuerdos".

La propuesta de Liga Arabe prevé la retirada de los tanques desde las ciudades, la liberación de los arrestados por participar en manifestaciones antigubernamentales, el acceso y la libre circulación por el territorio sirio a sus representantes, así como a periodistas árabes y extranjeros. Si bien el gobierno de Al Assad se comprometió a ello, así como a poner fin a la violencia, desde entonces más de cien personas fallecieron en distintos ciudades sirias debidos a la represión de la fuerzas de seguridad, según activistas opositores.

Debido a que la violencia no cesa, la Liga anunció hoy que celebrará una sesión de emergencia el próximo 12 de noviembre para debatir el estancamiento de su plan de paz. Hoy mismo, grupos opositores denunciaron que las tropas del gobierno continuaron atacando las protestas, sobre todo en la provincia central de Homs, que fue atacada anoche y esta mañana, donde la represión dejó 23 muertos.

El opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) pidió a la ONU, la Liga Arabe y a organizaciones de derechos humanos que declaren la provincia de Homs "zona de desastre", para permitir la asistencia médica y el envío de ayuda internacional, tras verificar la falta alimentos, de provisiones, de agua y de luz eléctrica. Según el CNS, las fuerzas leales a Al Asad continúan bombardeando Homs con artillería pesada y aviones de guerra, después de cinco días de asedio, y obstaculizan el traslado de los heridos a los hospitales, por lo que además exigieron el procesamiento de los responsables de la violencia ante la Corte Penal Internacional.

Desde que comenzaran las protestas en Siria, la provincia de Homs constituye uno de los principales bastiones de la oposición a Al Assad, y en ella fallecieron unas 1400 personas por la represión, según el CNS.