El primer ministro renunciante subrayó la unidad de todas las fuerzas políticas griegas "para sacar al país de la crisis": "Nos gustaría mostrar a la comunidad internacional que Grecia sabe cómo estar unida. Uniremos nuestras fuerzas para seguir en el euro", añadió. A la lista de candidatos a sucederlo se sumó en las últimas horas el socialista Filipos Petsalnikós, presidente del Parlamento, pero no es el único.

Entre las condiciones consideradas inaceptables tanto para los socialistas como para los conservadores, Papademos reclamaba más tiempo para aplicar las medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y rechazaba el llamado a elecciones anticipadas, que los partidos políticos habían pactado convocar el 19 de febrero próximo.

Sea quien sea, el sucesor de Papandreus deberá tomar en pocos meses decisiones que afectarán a Grecia durante una década. Deberá negociar con Bruselas y el FMI la aplicación de un segundo rescate financiero que le permita al país evitar la quiebra y poner en marcha reformas estructurales, que contemplan la rebaja de sueldos y jubilaciones y el despido de 30.000 empleados públicos.

En su mensaje de despedida, Papandreu deseó que el nuevo gobierno "lance un fuerte mensaje a nuestros socios, que nosotros, los griegos, sabemos asumir nuestras responsabilidades y cooperar".

"Agradezco calurosamente al pueblo griego su resistencia en esta coyuntura difícil, que permitió ganar tiempo y convencer a nuestros socios" de que ayuden al país, dijo Papandreu a modo de adiós antes de entrevistarse con el presidente Carolos Papulias.

De la reunión con Papulias participaron Papandreu, su rival conservador Antonis Samaras y el dirigente del cuarto partido griego, Laos, de extrema derecha.