"Si decimos que hemos protagonizado una jornada histórica, no exageramos", afirmó el titular saliente del nuevo organismo, el presidente bolivariano Hugo Chávez, quien le entregó la titularidad "pro témpore" a su colega chileno, Sebastián Piñera, anfitrión de la próxima reunión en 2012.

Chávez encabezó la última sesión en la que se aprobaron la "Declaración de Caracas", un Plan de Acción que contiene el compromiso de los países que forman la troika (Chile, Cuba y Venezuela) para "prender los motores" de acción política, y comunicados sobre los temas que se incorporan a la agenda del nuevo bloque de integración. En lo que no pudieron ponerse de acuerdo fue en el procedimiento para saber si las decisiones se tomarán por votación de mayoría o por consenso. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, propuso que las determinaciones se tomen temporalmente por consenso y que ese aspecto sea debatido en futuros encuentros. Y así se hará.

La troika también asumió el compromiso de celebrar reuniones a nivel de cancilleres para definir si ese trío puede crecer con la incorporación de un representante de otros bloques regionales, como la Comunidad del Caribe (Caricom). De igual forma, estudiará una propuesta del presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, quien ofreció a su país como sede de la Secretaría General de la CELAC, debido a la postura de algunos mandatarios en el sentido de que el organismo debe tener una mínima estructura para no fracasar en su proceso de consolidación.

Respecto de los comunicados, los temas que se sumaron al apoyo a Argentina en su reclamo a Gran Bretaña por la soberanía de Malvinas, fueron la condición mediterránea de Paraguay, el aporte de ayuda a Haití, la emergencia que vive Centroamérica por las depresiones, el respaldo a la estrategia de seguridad en Centroamérica, la eliminación de las armas nucleares, la lucha contra el terrorismo y el problema del narcotráfico, entre otros temas.

La primera decisión de la Celac fue respaldar la candidatura del vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, al cargo de secretario ejecutivo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Y luego, tras ser aprobados todos los documentos con un golpe en los escritorios, Chávez le entregó la dirección del grupo a Piñera, quien aludió a las diferencias ideológicas con los otros pares de la troika (Chávez y el presidente cubano, Raúl Castro) al referir que "las diferencias de opinión" no deben obstaculizar un proceso de integración, sino fortalecerlo.

La cumbre finalizó sin las presidentas Cristina Kirchner y Dilma Rousseff, y el mandatario de México, Felipe Calderón, quienes se despidieron el viernes en la noche y regresaron a cumplir otros compromisos de agenda. Pero los que estuvieron ausentes fueron el presidente de Perú, Ollanta Humala, quien se excusó por atender problemas internos, y la mandataria de Costa Rica, Laura Chinchilla, quien dijo tener compromisos anteriormente agendados.