Persad-Bissessar, además, invitó a Chávez a visitar su país para conocer la montaña de donde trajo el agua "sagrada". "Nuestro embajador en Caracas le dirá cómo utilizarla y quiero invitarlo para que vea el manantial de donde viene, para que vea usted mismo de donde viene el agua", dijo la visitante al destacar que se trata de un lugar mágico en Trinidad y Tobago.

"Nos va a ser de mucha utilidad, gracias buena vecina. Voy a ir y me bañaré en sus aguas", respondió Chávez, quien se mostró recuperado tras su operación en junio por un tumor y luego se sometió a un tratamiento con quimioterapia que lo obligó a convalecer por semanas.

Por su parte, el presidente haitiano, Michel Martelly, dijo a Chávez: "Usted es un luchador y ganará esta batalla. El pueblo de Haití lo ama", a lo cual el venezolano explicó que los médicos lo examinaron "desde la coronilla hasta el dedo gordo del pie" y que no le detectaron células malignas.

"Gracias a Dios yo cuento con el apoyo médico de Cuba que tiene equipos de tecnología de punta y me revisaron de punta a punta y no se detectó nada", dijo, sin dejar de recordar que el ex subsecretario estadounidense para asuntos hemisféricos, Roger Noriega, le había "deseado" su muerte. "A cada rato sale en el 'Nuevo Heraldo' diciendo que tiene a gente infiltrada en mi equipo médico y anda dando noticias de que si mi cáncer está peor, ahora ya dice que llegó a los huesos", señaló.