17:24 › LA RETIRADA
El presidente estadounidense, Barack Obama, confirmó desde Fort Bragg que a fin de año no quedará ningún soldado en Irak y frente a cientos de los militares que ya retornaron aseguró: "Gracias a ustedes Osama Bin Laden nunca más va a caminar sobre esta tierra". Además, consideró que la guerra de nueve años sirvió para "forjar la paz" con el país árabe y en todo el mundo, y afirmó que "a diferencia de otros antiguos imperios, nosotros no buscamos ganar territorios sino hacer lo que es correcto".
En su discurso, Obama celebró "el éxito extraordinario, que llevó nueve años", aunque reconoció "el duro trabajo y el sacrificio" que se necesitaron. "Esas palabras apenas describen el precio de esta guerra y el coraje de los hombres y las mujeres que lo llevaron a cabo", subrayó. Y llamó a aprender la lección del conflicto.
Luego, el mandatario, rodeado por los boinas rojas de la 82 división aerotransportada en Carolina del Norte, resaltó que con la guerra Estados Unidos dejó "un Irak soberano, estable y autosuficiente, con un gobierno representativo elegido por su pueblo".
"Estamos construyendo una nueva asociación entre nuestros países y estamos poniendo fin a una guerra no con una batalla final, sino con una marcha final a casa", arengó acompañado de su esposa, Michelle.
El presidente habló ante varios miles de militares reunidos en Fort Bragg, sede de varias unidades de fuerzas especiales, desplegadas en múltiples ocasiones en Irak desde la invasión de 2003. "Conocemos demasiado bien el elevado precio de esta guerra: más de 1,5 millón de estadounidenses sirvieron en Irak. Más de 30 mil estadounidenses resultaron heridos, y se trata solo de los heridos cuyas heridas son visibles", agregó en alusión a las secuelas psicológicas que padecen algunos veteranos. Y lamentó: "Cerca de 4.500 norteamericanos perdieron la vida. Entre ellos 202 héroes caídos en el campo de honor provenientes de aquí, de Fort Bragg", añadió.
Obama había hecho referencia en muchas ocasiones durante su campaña electoral victoriosa de 2008 a su oposición inicial a la guerra de Irak, en 2002 y 2003 cuando no era más que un legislador local. El dirigente demócrata, en efecto. criticó duramente a su predecesor, George W. Bush, por haber emprendido esta guerra. Sin embargo, debió administrar las consecuencias del conflicto en el ámbito internacional y en el interno. La guerra contribuyó, en efecto, a aumentar el déficit presupuestario en el que todavía se debate su administración.
El mandatario, que el lunes señaló, al recibir al primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki en la Casa Blanca, que "la historia juzgará" la decisión de emprender la guerra y evitó una vez más la controversia al destacar que "los dirigentes y los historiadores seguirán analizando las lecciones estratégicas de Irak".
Sólo quedan en Irak unos pocos miles de soldados norteamericanos cuando se acerca el 31 de diciembre, fecha en la que habrán dejado definitivamente el país, donde desde 2003 al menos 126 mil civiles iraquíes murieron debido al conflicto, según Neta Crawford, profesora en la universidad de Boston. A ellos se suman 20 mil soldados y policías iraquíes y más de 19 mil insurgentes.
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