Según el presidente, los resultados de la estadía de las tropas en Irak fueron "un logro extraordinario que fue posible debido al arduo trabajo y sacrificio de los hombres y mujeres que tuvieron el valor de prestar sus servicios", y entre los cuales se encuentran los 4500 que murieron. Y sin precisar la cifra, el mandatario dijo que "este es el momento en que tenemos que edificar un país que viva a la altura de las ideas por las cuales muchos de nuestros valientes estadounidenses han peleado e incluso muerto".

"Esa es una de nuestras mayores obligaciones como ciudadanos, esa es la bienvenida a casa que se merecen nuestras tropas", enfatizó al tiempo que les aseguró que su servicio es una lección sobre el carácter de la nación. "Hay una razón por la que nuestras fuerzas armadas son la institución más respetada en el país, ellos no se consideran demócratas o republicanos. Se consideran ante todo estadounidenses", añadió más tarde, durante su mensaje radial de los sábados.

Obama celebró el fin de la guerra en Irak esta semana reuniéndose con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, antes de que los últimos soldados estadounidenses dejen el país árabe el 31 de diciembre. "Nuestros soldados están preparándose, ahora, para realizar su marcha final a través de la frontera y fuera del país", expresó en esa oportunidad, no sin prometer que "el futuro de Irak va a estar en manos de su pueblo".