"Quisiera decir a los ciudadanos que el apoyo que el Gobierno está recibiendo es mucho mayor de lo que los partidos dejan creer o declaran", agregó el premier italiano ante el Senado y recordó que el Ejecutivo actuará en una segunda fase "sobre el mercado laboral" que requiere "un mayor diálogo con las fuerzas sociales", por lo que anunció que se establecerá "una agenda estructurada de encuentros temáticos con los sindicatos". Sin embargo, los tres mayores sindicatos de Italia convocaran en forma conjunta a una semana de huelgas y protestas nacionales.

El severo plan italiano incluye también 10 mil millones de euros en inversiones para impulsar el crecimiento y se suma a otros dos programas de austeridad aprobados por el gobierno de Silvio Berlusconi este año después de que se agravara la crisis de la deuda en la eurozona. Con estas disposiciones, Roma espera conquistar la confianza de Europa y reducir su deuda pública, que asciende al 120 por ciento de su PIB.

En tanto, el exprimer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien debió dejar el poder un mes atrás envuelto en la peor crisis económica que recuerda Italia en los últimos años, le advirtió a Monti que si continúa con su política fiscal "impulsará elecciones anticipadas". "La posición de la izquierda y de los sindicatos sigue siendo rígida", agregó.