Durante su exhortación, Hollande pidió "un voto de coherencia" en las elecciones legislativas de junio, no solo para apoyar al próximo gobierno, sino también para que le sea posible tomar iniciativas. El futuro presidente galo se reconoció "producto" del PS y agradeció al partido lo aprendido tanto en sus éxitos como en sus fracasos.

El socialista, a quien esta semana le espera una nutrida agenda, ya que el fin de semana viajará a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente Barack Obama y participar de las cumbres del G8 y de la OTAN, ocasión en que anunciará formalmente el retiro de las tropas francesas de Afganistán, dejó constancia de que si el partido socialista quiere repetir la victoria en las legislativas de los próximos 10 y 17 de junio necesita mantener su unidad: "Para ganar las elecciones hay diversas condiciones, y la primera es la unidad". Frente a la atenta mirada de sus compañeros Jean-Marc Ayrault, presidente del bloque de diputados socialistas y favorito a ocupar la jefatura de gobierno, y de la primera secretaria de la agrupación, Martine Aubry, Hollande recordó que es necesario encarnar la reconciliación de la ciudadanía y la "reorientación de Europa": "Se nos ha confiado una gran responsabilidad en un contexto de gran gravedad".

Hollande, quien mañana tendrá su primer encuentro en Berlín con la canciller alemana, consideró que el futuro de los próximos cinco años se decide en las próximas elecciones legislativas, y recordó a las bases de su partido que "lo más duro empieza ahora". Consciente de la dificultad de esa labor, la encargada de clausurar el encuentro, Aubry, subrayó que todos los militantes son "esenciales" para triunfar en junio.