"Se llegó al ridículo de vincular las tensiones que existen en el movimiento nacional con el golpe de Estado sufrido por el presidente de Paraguay, Fernando Lugo", criticó Moyano, quien manifestó que "llama la atención que se acuse a la CGT, máxime si se tiene en cuenta la historia de los dirigentes que hoy la encabezan". Moyano afirmó que "la fuerza social que se movilizará el miércoles es obrera y, como tal, adhiere al proyecto nacional en la medida en que no se aleje del camino recorrido a partir de 2003" y expresó que la CGT "jamás será ariete ni fuerza de choque de quienes poco se interesen en las negociaciones colectivas, el pleno empleo y la distribución justa de la riqueza".

"La CGT no permitirá bajo ninguna circunstancia que la protesta social sea criminalizada, las huelgas sean caratuladas como extorsión a la democracia y que se asocie el chantaje al accionar sindical", aseveró el dirigente, quien vatició que el miércoles "los trabajadores organizados, una vez más, en la histórica Plaza de Mayo levantarán su voz contra la injusticia".

El actual secretario general de la central obrera y candidato a la reelección añadió que "los argentinos no deben dejarse confundir por las adhesiones mediáticas de quienes jamás se preocuparon por los trabajadores" y concluyó que las acusaciones en su contra son "reacciones oportunistas y desesperadas de sectores que no son una opción política real en el país. Ninguno de esos sectores marginales representa el espíritu de la masiva movilización convocada para el miércoles ni los reclamos que la CGT plantea hace más de un año y que no obtuvieron respuesta alguna. (...) Quienes usufructúan esa divisón en el seno del movimiento nacional son adversarios tanto de la CGT como del gobierno".

Más adelante Moyano recordó que la central obrera "fue intervenida por todos los gobiernos militares -y por muchos otros que se decían democráticos- y seguramente haya sido la institución más combativa durante la última dictadura. (...) Más del 60 por ciento de los desaparecidos eran trabajadores. La CGT fue artífice del fin de la dictadura más brutal de la historia y basta recordar la huelga general de abril de 1979 o la movilización de marzo de 1982", concluyó.

Antes de la reunión del Consejo Directivo de la CGT, Moyano había descartado la posibilidad de suspender la movilización a Plaza de Mayo, a la cual le restó "motivos políticos", aunque ratificó que "si la Presidenta escucha los reclamos de los trabajadores" acerca del impuesto a las ganancias y la universalización de las asignaciones familiares estaba dispuesto a bajarse de la reelección el 12 de julio.