“Sé que las medidas anunciadas no son agradables, pero son imprescindibles", consideró Rajoy ante el pleno del Congreso de los Diputados español, donde explicó los resultados del reciente Consejo Europeo de Bruselas y las reuniones del Eurogrupo en las que se acordaron las condiciones del rescate a la banca española.

El drástico ajuste, que ya tiene el rechazo de las grandes centrales obreras del país, tiene como objetivo cumplir con los compromisos de reducción del elevado déficit público del país y afectará prácticamente a todas las partidas presupuestarias y sectores, a excepción de las rentas más altas. “Soy el primero en hacer lo que no me gusta. Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No estoy cambiando de criterio, han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme”.

Se confirman así buena parte de las medidas que ya se venían anunciando, como la supresión del pago de Navidad para los empleados públicos, la suba en tres puntos del IVA y el endurecimiento de las condiciones de acceso al subsidio de desempleo. Según Rajoy, los desempleados con seguro seguirán cobrando durante dos años, pero que “a partir de los seis meses la verán reducida del 60 al 50 por ciento de la base reguladora para animarlos a buscar empleo”.