Durante el acto, la mandataria destacó la figura de Rivero, un personaje al que la historia "difamó, 'anonimó' y desapareció", pero que "nosotros honramos" por haber liderado en 1833 un alzamiento contra la ocupación británica en las islas y al que, luego, "Londres no juzgó, pero porque no le quiso cuestionar la beligerancia; porque hacerlo hubiese implicado reconocer la soberanía" argentina sobre las islas, remarcó.

El reconocimiento que tuvo lugar en el Salón de las Mujeres fue dedicado a los sobrevivientes del comando que en plena dictadura de Juan Carlos Onganía desvió un avión de Aerolíneas Argentinas, lo aterrizó en las islas e hizo flamear la bandera argentina durante una semana. Ese operativo fue encabezado por el dirigente asesinado Dardo Cabo, cuya excompañera e integrante de ese grupo, María Cristina Verrier, le entregó a la presidenta las siete banderas que izaron en Malvinas.

Por pedido de Verrier, una de ellas estará en el mausoleo que guarda los restos del expresidente Néstor Kirchner y otra en el templo de la Virgen de Itatí, en Corrientes. Las demás, por disposición de la Presidenta, estarán en el Museo del Bicentenario, en el Museo de Malvinas (que se hará en la exEsma) en el Patio de Malvinas, inaugurado este año en Casa de Gobierno; en el Congreso de la Nación y la séptima (que fue hallada hace un año en el municipio de Lezama) irá a la Basílica de Luján.

"La historia de estos argentinos, de Rivero, de Cabo, de Verrier, de los Cóndores y de los excombatientes (de la guerra de 1982) tienen un común denominador: la juventud", destacó la mandataria, "la edad de los sueños". No obstante, aclaró que "estas cosas no se hacen por locura de juventud, sino durante la juventud, que es cuando afloran sentimientos, la pasión y el amor a la patria".

En este sentido, elogió a los "miles de jóvenes que, pese a los 0800 que les quieren poner, están descubriendo todos los días" un aspecto de lo que es la militancia política y que, en ese marco, "van a pintar escuelas, van a las cárceles, a trabajar a los barrios; no importa cuál sea la fuerza política". No obstante, les reconoció "una inmensa ventaja: tienen mejores oportunidades que las que teníamos nosotros" en los años de dictadura.

Además, ratificó el reclamo del Estado de soberanía de las islas y convocó a "hacer una hazaña para devolverle a los argentinos lo que son de los argentinos: nuestras islas Malvinas", razón para la cual pidió "no pelearnos los de adentro para que no nos ganen los afuera" y "defender los intereses nacionales".

Respaldo a la política del Banco Central

Cristina Kirchner defendió la política económica y financiera aplicada por la entidad monetaria, y rechazó la calificación "D" con que la revista Global Finance calificó la labor de Mercedes Marcó del Pont. "¿Sabe cuáles son los criterios para calificar?", preguntó la mandataria, y leyó tres aspectos: "Califican a la presidenta del BCRA 'por su determinación para plantarse a las interferencias políticas, por su determinación para influir sobre sus gobiernos en temas tales como el gasto público y por la apertura hacia las inversiones y servicios financieros'".

Es decir, contraargumentó la mandataria, que "llaman 'interferencias políticas' a la decisión que toman los poderes ejecutivos elegidos por la sociedad en elecciones democráticas (...) Denominan 'gasto público' lo que nosotros llamamos inversión social (...) y hablan de 'servicios financieros' sin hablar de inversión externa para el desarrollo, es decir, que no permitimos abrir el mercado a capitales especulativos internacionales, tal como está pasando en Europa".