"Hay que terminar con el nivel de hipocresía en muchísimas reuniones en las que todos sabemos de qué se trata, venimos, damos discurso, nos vamos, y todo sigue igual", enfatizó. Cristina llamó a "construir estrategias que fomenten la articulación económica y política 'Sur-Sur', que permitan sostener el desarrollo y el crecimiento con inclusión social".

CFK destacó la importancia de alcanzar "una unidad para lograr estabilidad de la región y construir políticas que nos permitan vincular a millones de patriotas que aún no cuentan con bienes y servicios correspondientes".

Reiteró que los países desarrollados "no están haciendo más que agravar la crisis que termina impactando en los emergentes", por cuestiones como "la caída de la demanda, de las exportaciones, de los precios de las commodities" que comercializa el mundo árabe, cuyo valor "depende de la actividad mundial.

Cristina también explicó que para que los efectos de la crisis internacional se vean atenuados, para que las fábricas no diminuyan su producción y no caiga la demanda, por ejemplo en gas, "tiene que haber una articulación inteligente entre nuestros países". Además, llamó a "mejorar el intercambio comercial" y a no caer en la trampa de los países desarrollados, donde "el saldo comercial siempre es negativo para los países emergentes".

En otro orden, la Presidenta dedicó buena parte de su discurso al conflicto en Oriente Medio entre israelíes y palestinos, se refirió a la necesidad de "lograr que Palestina sea reconocida como Estado dentro de su territorio y miembro pleno de Naciones Unidas" y aclaró que su pedido "no se hace desde un lugar meramente protocolar, sabemos lo que significa la ocupación territorial. Lo sufrimos en nuestros Islas Malvinas", agregó.

Criticó, además, que los países con asiento permanente en el Consejo de Seguridad pueden "violar sistemáticamente todas resoluciones", en referencia a la negativa del gobierno británico a sentarse a dialogar sobre Malvinas.