Según Marín, si tal hipótesis se confirmara, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos "debiera al menos convenir con las FARC unas normas mínimas de regularización de la guerra por razones de humanidad".

Mientras Santos fijó un plazo estimado hasta mediados del año próximo para llegar a acuerdos en el primer punto de la agenda, la distribución de la tierra, "Márquez" señaló que "dependerá de la dinámica que la participación popular, que es lo principal, le imprima al proceso". "Ojalá resulte algo ágil", se esperanzó. Sin embargo, consideró que si no es así "nadie debe sentirse rehén de un asunto tan trascendental como el de la paz de Colombia. Es mucho mejor empeñarse, sin condiciones, en un esfuerzo de paz, que hacerlo en función de la guerra, como parece ser el camino que ha decidido tomar el Gobierno".

El líder guerrillero afirmó que "lo ideal sería que ninguna de las partes se levante ni coloque amenazas sobre el funcionamiento de la mesa", al expresar su deseo de que "esta vez el Gobierno no busque excusas para levantarse de la mesa". En cuanto a la postura del conjunto de los integrantes de las FARC, que el Ejército estima en 8147, "Márquez" reiteró que reina un "profundo optimismo", y tildó de "especulaciones de la estrategia contrainsurgente" las versiones que apuestan a una supuesta división en el grupo.

Por último, el número dos de la guerrilla activa más antigua de América latina llamó a que en el proceso prime "el inmenso anhelo que existe en el pueblo colombiano por llegar a la paz estable y duradera". La paz con democracia y justicia social "es el genuino sentido del fin del conflicto, y no la capitulación como pretenden algunos", concluyó.

El inicio oficial de las negociaciones, que estaba previsto se celebrara mañana en La Habana, fue aplazado por las partes hasta el próximo lunes con el fin de aclarar en las reuniones técnicas previas cuáles van a ser los mecanismos que canalicen en la mesa de paz la voz de la sociedad civil.

Los gobiernos de Cuba y Noruega ejercen como garantes del diálogo, mientras que los de Chile y Venezuela cumplen el papel de "acompañantes". El pasado 18 de octubre quedó oficialmente instalada en Oslo (Noruega) la mesa de diálogo entre el Gobierno y las FARC, después de que acordaran en agosto una hoja de ruta con el orden y los temas que se discutirán.