El anuncio de la renuncia de Monti fue confirmada por la Presidencia Italiana, que en un breve comunicado indicó que el premier se reunió con el presidente Giorgio Napolitano y que en ese encuentro juzgó "que no es posible continuar su mandato" y que, además, "ha manifestado en consecuencia su intención de presentar su dimisión".

Antes de entrar a las instalaciones del Milan, su club, Berlusconi, de 76 años, manifestó: "Hemos hecho gala de una gran responsabilidad y durante un año hemos apoyado este gobierno intentando corregir las medidas que no nos convencen. Pero también afirmando siempre que una política de austeridad en una economía que no crece provoca daños".

Su declaración fue interpretada como una quita absoluta del apoyo que su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), le dio al gobierno de tecnócratas de Monti, en una alianza obligada e inédita con el centro-izquierda. De esta manera, Berlusconi puso puso fin a la incertidumbre reinante desde hace un mes, reforzada cuando hace dos días su partido se abstuvo en dos votaciones.

"Estoy acosado de demandas de los míos para volver al primer plano", explicó el empresario el miércoles por la noche, afirmando que quiere salvar a una "Italia al borde del precipicio" y minada por el desempleo y los impuestos. "Todas las cifras son peores que hace un año", aseguró y añadió que que su partido votará los textos actualmente examinados en el Parlamento, empezando por la ley presupuestaria, hasta el final de la legislatura la primavera próxima.