En el primer día de audiencia se cumplieron todos los pasos legales con la lectura de los requerimientos por parte de la Fiscalía a cargo de Patricio Sabadini (fiscal general federal subrogante), Carlos Martín Amad (fiscal federal subrogante ante el Tribunal Oral), y Diego Jesús Vigay (fiscal ad hoc en Derechos Humanos).

La querella, por su parte, a cargo de Mario Bosch, en representación de familiares de las víctimas, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y del Centro de Estudios Legales y Sociales, solicitó ampliar las condiciones de la extradición de Tozzo, quien fue detenido el 17 de septiembre de 2008 en Río de Janeiro, Brasil, y fue extraditado a la Argentina en mayo de 2011 -pocos días después de la primera sentencia-, con tres limitaciones: que sólo se lo juzgara por las cuatro desapariciones probadas, que no se lo imputara por crímenes de lesa humanidad y que la condena no superara 30 años de reclusión, la pena máxima contemplada por el Código Penal brasileño.

El represor, por su parte, pidió declarar pero se negó a responder preguntas y agradeció ser juzgado "por un Tribunal de la democracia, que contribuí a recuperar".

Bosch consideró la declaración del acusado como "una tomada de pelo, ya que lo que menos hizo este hombre fue contribuir por la democracia, más bien estuvo con aquellos que la violaron desde el primer momento".

El subsecretario de Derechos Humanos del Chaco, José Luis Valenzuela, a su turno, afirmó que Tozzo "tiene que agradecer realmente estar siendo juzgado en estas condiciones, oportunidad que no tuvieron los compañeros desaparecidos".

Mañana, durante la segunda audiencia del juicio -el tercero por delitos de lesa humanidad que se realiza en la provincia del Chaco-, declararán cinco testigos, cuatro frente al Tribunal, y el restante a través de una videoconferencia desde Buenos Aires.