"Antonio Cafiero fogoneaba la denuncia del hecho y la prensa lo recogía, sembrando un clima de sospecha que hizo mal a la República", sostuvo De la Rúa al ampliar su declaración indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 3 en el juicio que se le sigue a él y a otros siete acusados.

Cafiero fue uno de los que dio entidad al anónimo que surgió en la Cámara alta, que afirmaba que la Alianza había pagado coimas a legisladores para que aprobaran en abril de 2000 la ley de reforma laboral.

"A Antonio Cafiero lo respeto como peronista pero no como testigo; tiene una gravísima responsabilidad histórica y lo digo con pesar por su enfermedad, pero actuó por afán de golpear al Gobierno y con falta total de pruebas", sostuvo el expresidente. Opinó que aquel testimonio anónimo "creó un clima de incertidumbre en la opinión pública, la prensa lo repitió y el 90 por ciento de la opinión pública creía que había sucedido y esta es la gravedad de la situación".

De la Rúa, su entonces ministro de Trabajo, Alberto Flamarique; el ex titular de la SIDE Fernando de Santibañes y el "arrepentido" de la causa Mario Pontaquarto están acusados de haber pagado cinco millones de pesos en sobornos. En tanto, a los ex senadores peronistas Alberto Tell, Remo Costanzo, Augusto Alasino y Ricardo Branda se les imputa haber cobrado las coimas para aprobar la ley.

Uno de los testimonios más comprometedores lo aportó Hugo Moyano, titular de la CGT Azopardo, quien frente al Tribunal ratificó que en 2000 el entonces ministro Flamarique se jactó de que tenía "la Banelco" para conseguir el voto favorable de los senadores peronistas. También el titular de Peones de Taxis, Omar Viviani, confirmó en el debate oral aquel episodio: "El ministro dijo que para los senadores existía la Banelco", pero aclaró que "cuando hay discusiones políticas hay chicanas, y eso podía ser una chicana".