"La Corte Suprema de Justicia de la Nación informa que fue decisión unánime de este cuerpo colegiado que su Presidente y Vicepresidenta remitieran a la Cámara de Diputados de la Nación la nota firmada por el presidente de la Junta de Cámaras Nacionales y Federales", expresó el Máximo Tribunal a través de un documento firmado por sus siete miembros.

Los jueces supremos también aclararon que "fue decisión unánime" que en la misiva enviada a la Cámara baja se expresara que la Corte "tiene la obligación constitucional de abstenerse de opinar en temas que están en tratamiento en el Congreso de la Nación o que puedan ser materia justiciable".

Hoy, durante la sesión en la Cámara de Diputados, Elisa Carrió reiteró que veía "un pacto" entre el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y la mandataria Cristina Kirchner. Además denunció que en la carta reenviada por la Corte a Diputados "falta un párrafo" en el que se indicaba que la reforma "afecta severamente el principio republicano de división de poderes".

"A mí me dicen muchos presidentes de cámaras federales que esto no es lo que ellos firmaron", expresó Carrió, y aseguró que el presidente de la Junta de Cámaras Nacionales y Federales, Gustavo Hornos, "negoció por orden de Lorenzetti un texto".

Acusó "con absoluta seguridad y certeza" al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, de haber "celebrado un pacto espurio y entregar a jueces independientes de la Nación", y añadió que "es un pacto donde la Nación le da la caja y a cambio Lorenzetti le puede estar entregando sentencias, pero lo que es peor es que le está entregando a jueces independientes de la Nación".

En ese marco, Carrió también fustigó a sus colegas antikirchneristas y dijo que "yo no confío en la inocencia de la oposición que se iba a la carpa en el momento en que se realizaba el pacto espurio". Señaló que "hubo un ataque formidable de la oposición para el primer procurador (por Daniel Reposo) y me van a decir que no sabía Ernesto Sanz quien era Alejandra Gils Carbó, y en eso incluyo a María Eugenia Estensoro, que llegó a su banca por mi propio partido". En medio de sus cuestionamientos, la ex líder del ARI solo salvó a los radicales Mario Cimadevilla, Laura Montero y Arturo Vera.