"Tenemos plena confianza en la determinación del nuevo gobierno de atender sus objetivos para este año y han dicho claramente que siguen fuertemente comprometidos a respetar los objetivos europeos", dijo el portavoz de la CE para Asuntos Monetarios y Económicos, Simmon O'Connor.

Las declaraciones del portavoz son las primeras que formal y públicamente emanaron desde el organismo que no sólo establece los parámetros de las economías y finanzas de los países miembro del bloque, sino que también regula la moneda continental y administra -junto con el FMI y el Banco Europeo- los paquetes de ayuda a los gobiernos en crisis que lo necesiten.

O'Connor indicó, además, que los objetivos de reducción de déficit asumidos por Italia "siguen siendo los que se han acordado" y mostró la confianza de la CE en que la nueva administración de Letta los respete sin recurrir a "más endeudamiento".

Italia tiene que situar su déficit público en el 2,9 por ciento de su Producto Bruto Interior (PIB) este año, por debajo del límite del 3 marcado en el PEC, lo que supondría el cierre del procedimiento por déficit excesivo abierto al país.

No es casual que las expectativas de la Comisión Europea se hayan dado a conocer dos días antes de la reunión que Letta mantendrá el próximo jueves con el presidente de ese organismos europeo, José Manuel Durao Barroso. Tampoco lo es que hayan sido difundidas a horas de la reunión que el premier italiano mantendrá en Alemania con la canciller Ángela Merkel.

A propósito, Letta sostuvo que "del proyecto europeo de hace 20 años se hizo una sola cosa: la moneda única. Y si sólo hay la moneda única, el resto del mecanismo (europeo) no da respuestas a las expectativas de los ciudadanos". por lo tanto, añadió, "o tenemos un destino común o nos encontraremos en la situación de los países que van individualmente hacia el declive".

Letta, que denunció que "Italia está muriendo de austeridad", se reunió con Merkel un día después de anunciar su apuesta inequívoca por políticas que incentiven el crecimiento y creen empleo, uniéndose así a los países del sur de Europa, los más afectados por la crisis, que desde hace tiempo reclaman a Alemania un cambio en las draconianas políticas de recortes en favor de las que estimulen crecimiento y empleo.