Los rostros de las 1.210 personas detenidas y desaparecidas durante la dictadura pinochetistas estuvieron en los carteles de los manifestantes, quienes también portaron banderas con la leyenda "Nunca más" y retratos del presidente Salvador Allende, derrocado el 11 de septiembre de 1973.

La marcha se dirigió hacia el monumento conocido como Memorial del Detenido Desaparecido y Ejecutado Político, inaugurado en 1994, cuatro años después del fin de la dictadura que encabezó el general Augusto Pinochet. Allí, los Carabineros protagonizaron algunos disturbios aislados.

Mañana, el golpe militar que dio paso a la dictadura más prolongada y sangrienta de la historia de Chile será recordado por separado por el gobierno y la oposición. Por un lado, el presidente conservador Sebastián Piñera encabezará una ceremonia en el palacio gubernamental de La Moneda, bombardeado por los militares el 11 de septiembre de 1973 mientras Allende --que se suicidó allí ese día-- y varios colaboradores se encontraban en su interior.

Mientras que la oposición de centroizquierda liderada por la candidata a presidenta Michelle Bachelet efectuará simultáneamente su acto en la sede del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, también en Santiago. La conmemoración del golpe de estado viene precedida, desde hace semanas, de una fuerte polémica entre actores de los distintos sectores políticos del país.

"¿Lo vamos a recordar?", se preguntó Piñera y agregó: "Por supuesto que sí. ¿Para qué? Para aprender de los errores que cometimos y, en consecuencia, evitar repetirlos". Además, el mandatario reconoció en los últimos días que ni el Poder Judicial ni los medios de comunicación hicieron todo lo que debieron para frenar las atrocidades ocurridas durante la dictadura.

"Conmemorar hay que conmemorar siempre, pero yo lo único que pido es que no traigamos las odiosidades y las divisiones del pasado ahora al futuro, porque estoy segura de que no es lo que la gente quiere", sostuvo la candidata oficialista a suceder a Piñera, Evelyn Matthei, hija de un represor pinochetista.

Bachelet justificó su negativa a participar del acto del gobierno al sostener que "lo peor que puede ocurrir en un país es tratar de imponer una visión, una mirada oficial, y eso es particularmente relevante en esta fecha. Tras cuatro décadas del golpe militar, los chilenos esperan de nosotros una reflexión amplia basada en la verdad y la condena de los hechos dolorosos, con mirada de futuro y sin ventajas pequeñas".