"Agradezco la confianza depositada. Mañana abordaremos en el partido la situación, con los resultados en la mano, pero hoy es momento de celebrar", dijo Ángela Merkel ante sus seguidores en momentos donde las primeras proyecciones no le otorgaban la mayoría absoluta.

Los resultados provisorios le dan a Merkel un 42 por ciento frente al 25,5 de Steinbrück (SPD), quien había calificado de "excelente" su elección tras ocho años en el poder (obtuvo ocho puntos porcentuales más que en 2009). "La pelota la tiene Merkel, es ella quien debe buscar una mayoría. No está clara la situación, nadie debe definirse. Será una noche larga", lanzó Steinbruck ante sus seguidores.

Steinbrück cayó derrotado frente a la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), tal como le ocurrió en 2009 al aspirante a la Cancillería, Franz-Walter Steinmeier, o en 2005 al entonces jefe del Gobierno alemán, Gerhard Schrëder. Merkel, de 59 años, obtuvo su tercera victoria, la segunda desde que se mantiene en el poder.

En la campaña por la reelección recuperó su aura de "Mutti"-"mam?"-, la mujer que, sin hijos propios, "adoptó a todo un país". A escala mundial se la respeta y teme como la encarnación de una "austeridad" que atenaza a los socios de la zona euro, mientras que su electorado la valora como un ejemplo de política inmune a los males que afectan a otros líderes, como la crisis financiera o política, y hasta escándalos de corrupción.

Uno de los primeros en saludarla por la victoria fue el presidente francés y uno de sus principales opositores en el liderazgo político de la Unión Europea, Francoise Hollade, quien la llamó por teléfono. "Ambos han expresado su voluntad de continuar trabajando incansablemente para acercar Francia y Alemania y proseguir su colaboración estrecha para afrontar los nuevos desafíos de la construcción europea", indicó el Palacio del Elíseo en un comunicado.

En consecuencia, el misterio se mantenía en Alemania al caer la noche ya que de no obtener la mayoría absoluta, Merkel se verá obligada a buscar un nuevo socio por la caída su hasta ahora aliado, el partido Democrático Liberal (FDP). Los liberales se quedaron fuera del Bundestag (Cámara Baja) al perder el 14,6 por ciento que habían obtenido en la elección del 2009 y caer a un 4,4.