El nivel de actividad económica es el parámetro utilizado para proyectar la evolución del PIB, por lo que los números de cierre dan para el 2013 un avance de alrededor del 5 por ciento en lo que corresponde a la producción de bienes y servicios del país. La actividad fue impulsada esencialmente por el sector de servicios, el agro y la construcción, mientras que la industria tuvo un comportamiento dispar con fuerte avance en el primer tramo del año y una desaceleración en el tramo final.

En 2013, las ventas en los supermercados y shoppings crecieron alrededor de 28 por ciento respecto a 2012, mientras que el nivel de actividad industrial registró un leve retroceso de 0,2 por ciento durante el 2013, debido a mermas en la producción de manufacturas de alimentos, textiles y refinamiento de petróleo entre otros rubros. En el sector fabril, el año pasado retrocedió 1,1 por ciento la elaboración de Alimentos, en especial, con una merma del 5,6 por ciento en la molienda de cereales y oleaginosas, y del 1,9 por ciento en lácteos. También cayo 1,4 por ciento la refinación de petróleo, y 0,8 por ciento el sector textil, como el de elaboración de papel y cartón.

En tanto, el sector automotriz, que en años anteriores apuntaló el crecimiento del EMI, esta vez aportó un crecimiento acumulado del 3,7 por ciento, con fuertes retrocesos en la producción nacional sobre todo en el último trimestre. Por su parte, la producción de Acero aumentó 2,5 por ciento y la de aluminio primario 7 por ciento, pero el sector metalmecánico cerró con una merma del 3,9 por ciento.

Un sector que mostró una sensible reacción fue el de manufacturas ligadas a la construcción, con un avance del 8,8 en cemento; 2,2 por ciento en vidrio; y 6,2 por ciento en otros materiales. En lo que respecta de manera directa al nivel de actividad de la construcción, el sector cerró el 2013 con un avance de 4,6 por ciento respecto a 2012, alentada por la obra pública y privada.