El canciller Héctor Timerman defendió la iniciativa en el recinto, al historiar la serie de pronunciamientos en favor de Argentina, desde la primera presentación ante el organismo del entonces canciller Juan Bramuglia en 1948, y denunciar "el ultraje" del que "fue y es víctima" el país.

"Vengo a denunciar un anacronismo colonial en pleno siglo XXI. Y resalto la sencilla y justa proposición de la resolución: la necesidad de que los gobiernos reanuden cuanto antes las negociaciones. Lo que el continente pide año tras año es eso, en sintonía con ONU, porque la solución pacífica de las controversias es corazón del derecho juríridico internacional", remarcó Timerman.

Al pedir el apoyo de la región, Timerman -que estuvo escoltado por el secretario de Asuntos Relativos a las Malvinas, Daniel Filmus- remarcó que "no se trata de tomar partido por Argentina o el Reino Unido, sino de apoyar la escencia misma del derecho internacional".

El texto fue aprobado por unanimidad, de acuerdo al voto por aclamación, aunque el representante de Canadá marcó su disidencia, al señalar que "solamente los habitantes de Malvinas pueden decidir su futuro", en línea con los argumentos del gobierno británico, y reclamar que se use la Asamblea "para ocuparnos de los desafíos comunes". Por su parte, el delegado de Estados Unidos no hizo uso de la palabra.

Tras la votación, el secretario Filmus aseguró que la votación demuestra "que la región no tolera resabios de colonialismo en el siglo XXI y no encuentra explicación a la falta de diálogo por parte del Reino Unido".

"Hay que enfatizar -agregó sobre las naciones que votaron en favor de la postura argentina- que lo han hecho seis países del Caribe, lo cual marca el trabajo que ha realizado nuestra Cancillería para que la posición a favor de la aplicación plena de la Resolución 2065 de las Naciones Unidas sea comprendida por todos los países de la región".