Durante un discurso ante comandantes y altos oficiales, la mandataria enfatizó que "en el Brasil de hoy, defensa y democracia caminan juntas" y manifestó su "certeza de la dedicación de las Fuerzas Armadas al fortalecimiento de ese círculo virtuoso: defensa, desarrollo y democracia".

Rousseff no hizo ninguna alusión al informe de la Comisión Nacional de la Verdad divulgado en la semana pasada, que denunció a 377 personas, en su mayoría militares, por crímenes contra los derechos humanos. No obstante, sí destacó la importancia del proceso democrático que vive el país desde hace casi tres décadas.

En el acto se anunciaron las inversiones realizadas por el gobierno para modernizar las Fuerzas Armadas, entre ellas la compra de 36 cazabombarderos Gripen NG producidos por la fábrica sueca Saab, anunciada en diciembre del año pasado. "Hoy, el contrato ya está firmado y los futuros pilotos de nuestros Gripen NG ya están iniciando su entrenamiento en Suecia", destacó, al enfatizar que el contrato incluye un acuerdo sobre transferencia de tecnología y "amplio acceso a los códigos-fuente" de los cazabombarderos suecos.

Además, recordó las negociaciones en curso con Rusia con miras a la compra de equipos de defensa antiaérea y el Programa de Desarrollo de Submarinos, realizado en cooperacion con Francia que, a juicio de la mandataria, "representa un salto histórico" para la Armada brasileña.

Esas inversiones, dijo, reflejan "el compromiso del Estado brasileño con la defensa de su soberanía y con el desarrollo nacional de una industria de Defensa". "Un país pacífico no puede -ni debe- ser confundido con un país indefenso. La dimensión de las riquezas de nuestro país exige que tengamos capacidad para protegerlas de cualquier tipo de amenaza y, por esto, mi gobierno ha brindado gran atención a las Fuerzas Armadas", enfatizó.