La candidatura de Roberto Carlés recibió más apoyos que impugnaciones en el proceso que siguió desde que el gobierno nacional lo postuló como juez del máximo tribunal. La Asociación Internacional de Derecho Penal (AIDP), el exjuez Baltasar Garzón, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo, fueron algunos de los respaldos, además de universidades nacionales y colegios de abogados de todo el país.

Uno de los aspectos por los que fue criticado es su juventud, apenas tiene 33 años, algo que destacan quienes lo apoyan: “Lejos de ser un impedimento para ocupar tan alto cargo judicial, es visto una virtud fortísima, para modificar patrones jurisprudenciales e impregnar a la cúpula del Poder Judicial del nuevo espíritu de los tiempos y de nuevas generaciones”, comentaron a Página/12 quienes se encargaron de recibir los avales.

La cantidad de avales al nombramiento de Carlés tienen que ver con su trayectoria académica y sus numerosas actividades en el extranjero. Entre las instituciones que avalan el nombramiento, también están la Sociedad Internacional de Defensa Social, el Instituto de Naciones Unidas para la Prevención del Crimen, la Asociación Americana de Juristas. Lo respaldaron también, a título personal, figuras del derecho como Garzón y León Arslanian.

Tras la propuesta formal de su nombramiento ante el Senado, el paso siguiente es la realización de una audiencia pública y después el oficialismo podría conseguir un dictamen favorable en la Comisión de Acuerdos. No tan sencillo será obtener los votos ya en el recinto.

La aprobación de los pliegos de los candidatos a integrar la Corte Suprema de Justicia requiere del voto de dos tercios de los senadores presentes al momento de la votación. Algunos referentes de la oposición ya expresaron su rechazo. El kirchnerismo debe asegurarse el apoyo de sus aliados y también de un sector de la oposición, porque por sí solo no reúne el número de senadores necesarios.