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El titular de la UCR y precandidato presidencial, Ernesto Sanz, respaldó la decisión del PRO de rechazar una "gran interna" en la que el massismo se incorpore a la nueva alianza creada por radicales, macristas y la Coalición Cívica. De esta manera, Sanz mantiene la propuesta votada en la convención radical de marzo y apuesta a "consolidar lo construido" en los últimos dos meses.
"Si para incorporar a alguien de afuera vos tenés que poner en peligro lo que ya tenés construido, es preferible consolidar lo que ya uno tiene construido, que no nos va para nada mal", sostuvo el senador nacional, en relación a la alianza sellada con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y la diputada nacional, Elisa Carrió, en marzo.
Tras participar de una reunión con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), Sanz avaló la posición del PRO, que así ratificó la postulación de María Eugenia Vidal a gobernadora, fórmula que podría completar un candidato a vice por la UCR. "No creo que amontonarse o juntarse todos por juntarse traiga siempre buenos resultados", sinceró.
Flanqueado por el presidente de la UIA, Héctor Méndez, en la sede porteña de la entidad, Sanz recordó el resonante fracaso electoral de la alianza que el radicalismo formalizó en 2011 con Francisco de Narváez, ahora precandidato a gobernador bonaerense del Frente Renovador y uno de los impulsores de la "gran interna".
"Tengo un ejemplo de integración negativa en 2011 que fue el radicalismo de (Ricardo) Alfonsín con De Narváez; entonces no todos los frentes terminan sumando electoralmente, hay muchos que la sociedad los ve como un rejunte o como un amontonamiento", alertó Sanz.
A juicio del jefe radical, para dar ese paso de unidad electoral "hay que preservar cierta coherencia y cierta identidad". "El PRO, la UCR y la Coalición Cívica tenemos un acuerdo nacional en el que guardamos una cierta coherencia porque nos hemos juntado, hemos previamente diseñado un programa común y tenemos integración territorial", puntualizó.
Por último, el titular de la UCR descartó que apartar al massismo signifique aumentar las chances del oficialismo. "A lo que no se puede llegar es a un escenario de fragmentación total cómo fue el 2011 en la última elección presidencial", consideró.
Y cerró: "El hecho de que haya tres fuerzas que hoy puedan competir y con una polarización del electorado que se está produciendo a pasos agigantados, vamos a llegar a que finalmente haya dos grandes fuerzas que compitan".
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