La querella, encabezada por los abogados Leonardo Menghini y Leila Levia, sostuvo que todos los procesados pertenecientes a la empresa TBA y los organismos de control del Estados "tuvieron por su acción o por omisión el dominio del hecho ocurrido el 22 de febrero de 2012".

El alegato de esta querella marca un fuerte contrapunto con las representadas por los abogados Gregorio Dalbón, expulsado de las audiencias, y Javier Moral, quienes ayer pidieron 22 años de prisión para el maquinista Marcos Córdoba y exoneraron de culpa al resto de los procesados.

Para la abogada, el Chapa 16 "estaba condenado a la inactividad y tenía problemas de freno que se agravaban en el calor de febrero". En ese sentido, los letrados presentaron un cruce de mail en el que Roque Cirigliano reconocía los problemas en la formación.

El alegato también subrayó el testimonio del maquinista Leonardo Andrada, asesinado en un supuesto asaldo durante la investigación de la causa, quien había declarado que el tren iba "sobrecargado" y había que "frenarlo antes".

Leiva apuntó que "los empresarios no sólo están para ganar dinero sino para responder ante la Justicia por sus actos que generaron tanto daño y destruyeron tantas familias".

A su turno, Leonardo Menghini se emocionó hasta las lágrimas cuando recordó que la mañana de la tragedia estuvo en el andén de la estación de Once. "Estuve ahí, los vi correr sin saber qué hacer, los vi chocarse buscando máquinas y nadie de TBA iba a decir con qué herramientas cortar para no lastimar a los que estaban apretados. A TBA nunca se le ocurrió que eso podía pasar y que cuando eso pasara tenía que estar listo para asistir a policías y bomberos", afirmó el tío de Lucas.

"Acá no sólo chocó un tren, acá murieron 51 personas, se trata del desprecio por la vida y el destino de 51 personas. Es la historia que los funcionarios descubrieron ese día, para luego, en tres meses, hacer lo que no hicieron en ocho años", señaló.