Mar 22.09.2015

20:19  › CASI ONCE MILLONES DE COCHES AFECTADOS

Tiembla el imperio de Volkswagen

El gigante automotor alemán se encuentra sumido en una grave crisis por el escándalo en torno de la manipulación de los valores de las emisiones de sus automóviles.

El escándalo que explotó el viernes pasado después de que saliera a la luz que el mayor fabricante de automóviles de Europa había instalado un programa informático en sus motores diésel para reducir sus emisiones durante los controles y cumplir así con las medidas medioambientales en Estados Unidos, se hizo hoy aún más grande. El recientemente proclamado número uno en ventas en el mundo -después de superar a Toyota en el primer semestre del año- reconoció que cerca de once millones de sus vehículos tienen instalado el motor manipulado, que sólo reduce las emisiones durante las pruebas, pero no durante los trayectos normales en ruta, contaminando así más de lo permitido.

"Los vehículos afectados son los que tienen motores del tipo EA 189, de los que existen cerca de once millones en todo el mundo. Exclusivamente en este tipo de motores se ha comprobado que existe una llamativa irregularidad entre los valores de medición en los test y los registrados en el funcionamiento real del vehículo", escribió la empresa en un comunicado.

La compañía anunció que destinará cerca de 6500 millones de euros (7250 millones de dólares) de los beneficios del tercer trimestre para hacer frente a los gastos derivados de este escándalo. "Por consiguiente, los objetivos de resultados del grupo automotor para 2015 se adaptarán", explicó Volkswagen (VW).

Los accionistas se mostraron especialmente irritados con la noticia y las acciones de VW llegaron a caer hasta un 23 por ciento, situándose en su nivel más bajo desde octubre de 2011. Junto con un daño en su imagen, se ciernen sobre la compañía multas de hasta cerca de 18.000 millones de dólares tan solo en Estados Unidos, los costos de revisión de automóviles en todo el mundo, consecuencias legales, así como la posible reclamación de indemnizaciones de clientes y accionistas.

Volkswagen podría ser llamado a comparecer ante la justicia estadounidense. El Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación para determinar si existen indicios de prácticas delictivas por parte la automotriz alemana.

La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, reclamó una explicación "rápida y completa" del escándalo y exigió "total transparencia". "Espero que los hechos se pongan sobre la mesa lo más rápido posible", afirmó. La mandataria germana recordó también que el ministro de Transportes, Alexander Dobrindt, está en contacto con la Oficina Federal de Automóviles del país para llegar hasta el fondo del asunto. "Es el único camino para lograr también transparencia", explicó. Poco después, Dobrindt informó de la creación de una comisión de investigación para esclarecer todo lo relativo al escándalo de VW.

Por su parte, la Comisión Europea quiere debatir con los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE) sobre posibles pasos. "Debemos estar completamente seguros de que la industria automotriz cumple con los límites fijados para las emisiones", aseguró una portavoz en Bruselas.

En tanto, las autoridades medioambientales alemanas alertaron del gravo daño para la salud. "Un fraude en emisiones de este tipo no sólo decepciona a los clientes, sino que desencadena también un notable empeoramiento del aire, algo que daña la salud", declaró la presidenta de la Oficina Federal de Medio Ambiente, Maria Krautzberger.

La defensora del medio ambiente lleva desde finales de la década de 1990 alertando de que en Alemania las emisiones de sustancias nocivas reales son más elevadas que los valores registrados durante las inspecciones técnicas. "Hay que acabar con esto", afirmó.

VW reconoció en seguida las acusaciones de Estados Unidos y prometió que cooperará llegar hasta el fondo. El presidente de la junta directiva, Martin Winterkorn, aseguró una "rápida explicación". Sin embargo, la ministra de Medio Ambiente de Alemania, Bärbel Höhn, está convencida de que toda la cúpula de VW conocía el programa informático que manipulaba las emisiones. Cuando el jefe de VW reclama ahora una completa explicación de lo sucedido se trata de "pura retórica", indicó Höhn.

Los automóviles con motores diésel necesitan contar con una cara tecnología para poder cumplir con los límites de emisiones tanto en Europa como en Estados Unidos. Por ello, la titular de Medio Ambiente no descarta que se descubran manipulaciones parecidas en otras empresas automotrices.

El escándalo llevó a los medios alemanes a apuntar también a una posible dimisión de Winterkorn. El gremio de control de VW tiene previsto prorrogar su contrato al frente de la compañía hasta finales de 2018 en su reunión de este viernes. Sin embargo, VW no quiso pronunciarse sobre las especulaciones de una posible renuncia.

El grupo VW registró en el primer semestre del año un volumen de negocio de 108.800 millones de euros. No obstante, a finales de julio revisó a la baja sus previsiones de ventas para 2015 debido a la reducción de las ventas en China y en otros mercados.

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