El gobierno con sede en Pyonyang aseguró que "la prueba demostró que las especificaciones tecnológicas de la recientemente desarrollada bomba H eran precisas y verificó científicamente la potencia de una bomba H más pequeña". El comunicado agrega que "el desarrollo de armas nucleares tiene por objetivo quebrar la política hostil de Estados Unidos y no recurrirá a las armas nucleares a menos que su soberanía sea violada".

"Urjo rotundamente a Corea del Norte a que aplique completamente toda las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU y del OIEA", indicó el titular del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, quien agregó que, de comprobarse, el nuevo test nuclear, el cuarto desde 2006, sería "profundamente lamentable".

El diplomático japonés ofreció de nuevo la colaboración del OIEA para lograr una resolución pacífica del conflicto nuclear norcoreano retomando las inspecciones que el régimen de Pyongyang interrumpió en 2009. El OIEA podría retomar esa labor "tan pronto como se haya alcanzado un acuerdo político entre los países afectados", dijo Amano

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sostuvo que el ensayo nuclear de Corea del Norte "socava la seguridad regional e internacional", e instó a Pyongyang a respetar plenamente sus obligaciones internacionales y a abandonar sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos.

"En esta situación llamamos a todas las partes a mantener la calma y no incurrir en acciones que puedan provocar una incontrolada escalada de tensión en Asia Nororiental", advirtió la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova. La Unión Europea, España, Berlín, Japón y el vecino Corea del Sur también condenaron la prueba nuclear.

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