En sus primeras declaraciones tras los Panama Papers, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consideró que las revelaciones sobre las cuentas en paraísos fiscales demuestran que "la evasión fiscal es un gran problema global".

"Siembre habrá algunos movimientos de fondos ilícitos en el mundo, pero no deberíamos hacérselo fácil", señaló el mandatario estadounidense y completó: "No deberíamos permitir que sea legal involucrarse en transacciones solo para evadir impuestos".

Agregó que algunas de las operaciones en paraísos fiscales aparecidas en las filtraciones de los Panamá-Papers son "legales" y marcó que ese es "precisamente el problema", porque muchos "están aprovechándose del sistema".

Obama también defendió la efectividad de las sanciones estadounidenses. "Sabemos que el régimen de sanciones es fuerte, porque, por ejemplo, Irán no habría cerrado un acuerdo para poner fin a su programa nuclear si no hubiera habido fuertes sanciones".