La oposición siria responsabilizó al régimen de Bashar al Assad por el ataque de ayer contra el campamento ubicado en la provincia de Idlib, donde los bombardeos aéreos registrados hasta ahora fueron efectuados principalmente por la Fuerza Aérea siria y su aliada rusa, así como también Estados Unidos y sus socios de la coalición internacional que combate al Estado Islámico. Ni el EI y los insurgentes sirios disponen de fuera aérea, al menos hasta donde se sabe.

El Ejército de Damasco respondió que las informaciones "de medios tendenciosos" no son correcta. Más bien, indicaron, hay informaciones de que en los últimos tiempos "organizaciones terroristas" atacaron adrede objetivos civiles.

Por su parte, el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, aseguró que ningún avión ruso o sirio sobrevoló el la zona del norte de Siria donde un campo de desplazados fue el blanco de un bombardeo. Konashenkov añadió que el campo pudo ser víctima de un ataque por tierra de los jihadistas del Frente Al Nosra. Los rebeldes sirios acusan del bombardeo al régimen de Damasco.

En tanto, la ONU, a través de ACNUR, manifestó su consternación ante el ataque aéreo. "Muchas personas fueron asesinadas y otras decenas heridas por ataques aéreos en los campamentos para desplazados en la provincia de Idleb, al norte de Siria", dijo la agencia en un comunicado.

Para ACNUR, estos ataques, en los que además según los primeros informes hay niños entre las víctimas, son una "flagrante violación de las leyes humanitarias y de derechos humanos internacionales" y demuestran "una vez más" la "extrema dificultad" a la que se enfrentan los civiles que huyen de la violencia en Siria.

El campamento alojaba a unas 2500 personas, entre las que se incluían unas 450 familias que habían huido de las zonas del oeste y el norte de la provincia de Alepo.