Podemos, que con sus aliados regionales logró en los comicios del pasado 20 de diciembre, el 20,7 por ciento de los votos (69 escaños), e Izquierda Unida, un frente en el que está integrado el Partido Comunista Español (PCE), que alcanzó el 3,7 por ciento de los sufragios y dos diputados en las últimas elecciones, confirmaron un “preacuerdo electoral” para ir juntos a las generales del 26J, con el el doble objetivo de “ganar las elecciones al PP” y “recuperar el país en favor de las clases populares y las mayorías sociales”.

La inédita alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, los líderes de las dos agrupaciones que quedaron detrás del PSOE en los comicios de diciembre pasado, que consiguió el 22 por ciento y 90 escaños en el Congreso español, revolucionó el panorama político de España, paralizada por la incapacidad de los partidos tradicionales de formar gobierno.

El último sondeo del oficial Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado la semana pasada, le otorgaba a Podemos y aliados territoriales el 17,7 por ciento y a IU el 5,4, por lo cual la eventual suma de ambos llegaría al 23,1 por ciento, más que lo atribuido en el estudio al PSOE, que bajaría al 21,6 por ciento.

El objetivo del preacuerdo, según indicaron fuentes de Podemos e Izquierda Unida, es "recuperar el país" "en favor de las clases populares" y "las mayorías sociales" y ganar las elecciones al gobernante Partido Popular (centroderecha), ganador de los últimos comicios con el 28,72 por ciento de los votos y 123 diputados.

Tras el consenso alcanzado "en las líneas generales del acuerdo", representantes de ambos partidos ultimarán en las próximas horas el documento definitivo para su publicación y ratificación posterior.

El único paso que falta para que este acuerdo se selle es la consulta que cada uno de los partidos realizará a sus militantes desde mañana y hasta el miércoles, 11 de mayo. Ambas formaciones no han dado ningún detalle sobre las condiciones del pacto, cuyas negociaciones se habían tensado en las últimas horas al haberse atascado el número de representantes de Izquierda Unida en las listas finales.