"No creo que tenga resistencia. Hay que estar en condiciones de negociar nuestros tratados comerciales. No creo que Hillary tenga la resistencia", manifestó ayer por la noche el republicano Donald Trump sobre su contrincante, la demócrata Hillary Clinton. Para entonces, el controvertido multimillonario que aspira a ser el próximo presidente de Estados Unidos hacía ya un rato que se mostraba nervioso sobre el escenario de la universidad neoyorquina de Hofstra, en Long Island, en el primer debate electoral en el que se enfrentó a la ex secretaria de Estado.

Era una cita clave, el primer cara a cara de tres y la primera vez en años que se los veía hablar frente a frente. Clinton controló la situación y lo agitó con sus argumentos, su calma e incluso alguna risa con la que contestó a sus arremetidas.

Quince días después de tener que abandonar tambaleándose el homenaje a las víctimas del 11-S, un hecho que se convirtió en peligroso electoralmente para Clinton, la candidata del Partido Demócrata recupera fuerzas al emerger como ganadora de un debate en el que era ella la que más tenía que perder. Una encuesta publicada por CNN tras el duelo dialéctico la proclamó vencedora por un 62 por ciento frente a un 27 por ciento de Trump.

"Clinton puso la trampa y Trump se metió en ella", tituló "Politico", que aseguró que "dominó" el debate. "Trump dijo mucho. Pero a medida que transcurría el debate, tuvo problemas para enfrentarse a una oponente mucho más dispuesta y preparada que cualquiera de los republicanos a los que se enfrentó en las primarias", señaló el editorial "The New York Times". "The Washington Post", a su vez, afirmó que "Clinton puso a la defensiva al candidato republicano en su primer encuentro".

El círculo de Trump reivindicó el desempeño del controvertido candidato, pero para ello acudió a encuestas online de las que hacen en sus webs sin rigor científico los medios electrónicos.

La victoria en el primer debate electoral, el más importante de todos, le da aire a Clinton en una campaña que no está resultando tan fácil como esperaba.

Tras las convenciones de julio en las que el Partido Republicano y el Partido Demócrata nominaron oficialmente a sus candidatos, Clinton logró sacar a Trump una ventaja de más de seis puntos. Pero se esfumó esa superioridad.

El escándalo de los e-mails que mandó desde un correo privado siendo secretaria de Estado -"Cometí un error usando un e-mail privado. Asumo la responsabilidad por ello", admitió en el debate- y las sospechas sobre la Fundación Clinton le afectaron.

En las encuestas, incluso los electores que se inclinan por ella como presidenta admiten que no les despierta confianza y que les resulta fría. Es el principal problema de Clinton, por debajo de los niveles de aceptación de Barack Obama cuando el actual presidente de Estados Unidos estuvo en el lugar que ella ocupa.

Luego llegó el episodio de la neumonía. Su campaña no anunció que le había sido diagnosticada hasta que la ex secretaria de Estado que tuvo que abandonar la ceremonia en recuerdo del 11-S. Las acusaciones de falta de transparencia ganaron fuerza.

Y así fue como Clinton llegó al debate con una ventaja de solo 2,3 puntos frente a Trump, según la media que hace RealClearPolitics. Ahora hay que esperar nuevos sondeos para ver el impacto de su desempeño dialéctico el lunes por la noche. "No sería la primera vez que se cree que Trump ha perdido un debate y luego se lo ve subir en las encuestas", advertía también "Politico".

"Creo que Donald me critica por haber preparado este debate. Y sí, lo hice", dijo Clinton. "Y, ¿sabe para que más me preparé? Me preparé para ser presidenta", manifestó cuando iba acercándose ya el final.

Quedan 41 días de campaña y dos debates más: el 9 y el 19 de octubre. Trump lanzó hoy una amenaza muy clara. El lunes pensó en sacar a relucir las infidelidades del expresidente Bill Clinton, pero no lo hizo por la presencia de su hija. "Lo suavicé porque no quería herir los sentimientos de nadie. Así que (la próxima vez) podría golpearla más fuerte de alguna manera".

La candidata demócrata estadounidense, por su parte, se mostró muy satisfecha tras su primer debate televisivo con su adversario republicano: "La gente ha podido hacerse una imagen por sí misma de su conducta, su naturaleza, su comportamiento", afirmó una resplandeciente Clinton en un breve encuentro con la presa durante un vuelo.

"En un par de ocasiones pensé en qué tipo de falsedades demostrables difunde", añadió la candidata demócrata. Según Clinton, de lo que se está hablando es del trabajo más difícil del mundo y los espectadores pudieron ver claras diferencias entre los candidatos. Para Clinton, su adversario no dio respuestas claras a muchas cuestiones políticas abiertas. "Deja mal a Estados Unidos siempre que puede. Habla en términos horribles y oscuros. ¡Estados Unidos no es así! ¡Somos los mejores del mundo en solucionar problemas", añadió.

Respecto a las quejas de Trump por un micrófono que supuestamente estaba roto, la demócrata respondió sonriente: "Cualquiera que se queje de un micrófono es que no tuvo una buena noche".