El líder del partido, Ehud Olmert, que ocupa de forma provisional el puesto de primer ministro, fue uno de los primeros en ejercer su derecho al voto, en una oficina de Jerusalén y pidió a sus conciudadanos que hagan lo mismo.

Pese a los grandes desafíos en juego en estos comicios, estas elecciones no consiguen despertar el entusiasmo de los ciudadanos y la tasa de participación podría ser la más baja de la historia del Estado de Israel. Los sondeos estimaron que hasta la víspera de las elecciones había un 20% de indecisos y que la abstención podría rozar el 40%.

Tres horas después de la apertura de los colegios electorales, la tasa de participación era del 10%, cifra similar a la registrada en las últimas elecciones, en 2003. "Vayan a votar y que éste sea un bello día para el pueblo de Israel", pidió Olmert, de 60 años, tras depositar su voto en compañía de su esposa, Aliza.

Los israelíes podrán elegir entre 31 listas entre las que se destacan tres: Kadima, el partido laborista (centro-izquierda), dirigido por Amir Peretz, y el Likud (derecha nacionalista), liderado por Benjamin Netanyahu.

Según declaró el martes el presidente del Estado, Moshé Katzav, estas elecciones serán "unas de las más importantes de la historia de Israel". El responsable se refería a la cuestión de las fronteras del Estado, un punto crucial en la campaña electoral de los principales partidos que consideran que ha llegado el momento de repartir la tierra con los palestinos, bien de forma unilateral, bien como consecuencia de un acuerdo de paz.

Para Kadima, que retoma la herencia del ex primer ministro Ariel Sharon, el gran ausente de estas elecciones debido a una hemorragia cerebral que le sumió en coma desde enero, la solución es retirarse de las regiones de Cisjordania donde los palestinos son mayoritarios.

Así, Olmert propone desmantelar todas las colonias situadas al exterior del muro de separación que Israel construye desde 2003 a lo largo de Cisjordania, pero mantener los grandes bloques de asentamientos que están incluidos dentro de su trazado.

De esta forma, la barrera será una especie de frontera. "No podremos realizar todos nuestros sueños pero podremos conservar los grandes bloques de colonias de Judea y Samaria (actual Cisjordania), fijaremos el trazado de la barrera de separación de tal manera que no habrá más colonias del otro lado", escribió Olmert el martes en una columna publicada en el diario Yediot Aharonot.

Los palestinos se oponen totalmente a este proyecto y recuerdan que Jerusalén, ciudad reclamada como capital por ambos pueblos, quedará también dentro del perímetro de este muro.

Las elecciones israelíes coinciden con la investidura del gobierno del movimiento islámico Hamas, gran vencedor de las elecciones legislativas palestinas de enero.

Israel ya advirtió que no conversará con un ejecutivo dirigido por "un grupo terrorista", que predica la lucha armada y ni siquiera reconoce la existencia del Estado hebreo. Según los últimos sondeos publicados, Kadima podría conseguir entre 34 y 36 escaños en este nuevo Parlamento, lo cual implica que necesitará alianzas para poder gobernar y llevar a cabo este plan. Los laboristas podrían llegar a 21 escaños y el Likud, muy debilitado, rondaría los 13 o 14.

La gran sorpresa podría ser el partido Israel Beiteinu, un partido de extrema derecha con un programa que muchos califican de depuración étnica y que podría conseguir unos 12 escaños. El partido ortodoxo sefardí Shass podría llegar a 11 escaños, la Unión Nacional (coalición de extrema derecha que es considerada la voz de los colonos) rozaría los nueve, la formación laica de izquierda Meretz obtendría cinco, el ultraortodoxo Lista Unificada de la Torah, cinco y los tres partidos árabes un total de siete.

Los primeros sondeos a boca de urna serán divulgados al cierre de las urnas, a las 20H00 GMT, y los resultados oficiales se darán a conocer el miércoles por la mañana. Las elecciones legislativas israelíes se celebran en medio de grandes medidas de seguridad. En total, 22.000 agentes están repartidos por todo el país para evitar atentados durante la jornada. Sólo en Jerusalén, más de 4.000 agentes vigilan las oficinas de votación.

Todo Israel se mantiene en estado de alerta máxima y el cerco militar alrededor de los territorios palestinos es total. Los servicios de seguridad interior, el Shin Beth, recibieron noticias de unas 80 amenazas de atentados, algunas de ellas muy concretas.

Fuente: AFP