Tras el sepelio en el cementerio local, el blanco de las pedradas tornó hacia los policías cuando impidieron un nuevo ataque contra la casa del sospechoso.

Pasado el mediodía, los familiares salieron de la casa familiar donde se realizó el velatorio, se desviaron del camino hacia el vehículo mortuorio y caminaron unos cien metros con el pequeño cajón a cuestas.

Una vez frente a la casa de un joven que según Rodolfo Riveros, abuelo de la chiquita, tendría vinculación con el homicidio, los presentes arremetieron a pedradas contra la vivienda y a puntapiés contra la puerta.

La Guardia de Infantería de la bonaerense, portando cascos y escudos, formó un cordón entre el inmueble y los vecinos se retiraron hacia el cementerio.

El féretro entonces fue ingresado al auto fúnebre y se hicieron las pocas cuadras que separan la necrópolis de la casa familiar.

La policía negó que esa persona, centro de la ira del barrio San Javier, y acusado por el abuelo de la chiquita, hubiera sido detenido.

Un alto jefe policial confirmó que "por el hecho solo está detenido un adolescente de 16 años".

Agregó que "otro joven del barrio -acusado por el abuelo de la víctima de tener alguna vinculación con el hecho- está debidamente identificado por los investigadores", y resaltó que "hasta el momento el juzgado interviniente no dispuso ninguna medida en su contra".

El dolor frente a la tumba pareció potenciar la indignación de algunos de los presentes y al salir del cementerio un grupo se dirigió otra vez hacia la casa del sospechoso.

Allí la policía otra vez formó el cordón y los vecinos respondieron a las pedradas con el objetivo de que se les franqueara el paso.

Fueron apenas unos minutos de ataques contra los efectivos de la Guardia, y hasta se escuchó algún disparo, sin detectarse de dónde partió.

En las primeras horas de la tarde, los efectivos de la bonaerense cortaron el tránsito por ambas esquinas en la cuadra donde vive el joven sospechado por la familia.

La nena fue encontrada muerta el domingo por la noche dentro de un lavarropas en desuso en el fondo de una casa situada en la calle Avellaneda 3402, a media cuadra de su casa.

La criatura, según la policía, fue asesinada de un violento golpe en la cabeza propinado con un madero o un palo de grandes proporciones.

Por el hecho fue detenido un adolescente de 16 años -que vivía en la casa donde fue encontrado el cadáver- luego que se confesara autor del crimen.

Siempre de acuerdo al informe policial, el detenido habría contado que "una voz de su subconsciente" o "del más allá" le dijo que "la matara".

Los restos de Milagros este mediodía eran velados en su casa de la calle Avellaneda, entre Catamarca y La Rioja, de Rafael Calzada.

Las fuentes confiaron a esta agencia que "hasta este mediodía siguen esperando los resultados de la autopsia para saber si la nena fue violada o no.

Fuente: DYN