En su primer día de visita de Estado -máximo nivel diplomático- a la Argentina, la reina recorrió ambas muestras junto con la senadora Cristina Fernández de Kirchner, y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.

Bajo un estricto operativo de seguridad, la monarca dedicó gran parte de la visita a observar los paneles donde se exhibían las atrocidades cometidas por los militares durante la última dictadura e indagó, puntualmente, acerca de la situación de los bebés secuestrados en los centros clandestinos de detención.

También preguntó acerca de las figuras de los represores Alfredo Astiz y Luciano Benjamín Menéndez y conversó con la senadora Fernández de Kirchner acerca de los trabajos que actualmente realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense para el reconocimiento de los cuerpos enterrados como NN y que pertenecen a desaparecidos.

Además, en la recorrida, la senadora le contó a la reina Beatriz acerca de distintos hechos trágicos en Argentina en los años posteriores a la llegada de la democracia, como el atentado a la AMIA y los crímenes de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, momentos de la historia que están reflejados en la muestra organizada por la Casa Ana Frank en Argentina.

Estas muestras forman parte de un acuerdo de cooperación entre Argentina y Holanda, que incluye un trabajo en conjunto para capacitar a agentes de seguridad en temas relacionados con derechos humanos.

Justamente, fueron cadetes de la Policía Federal y jóvenes de distintos credos que recibieron esa capacitación quienes oficiaron de guías de la Reina Beatriz, quien lucía un vestido oscuro con detalles en rosado, acompañado por un sombrero bolero fantasía al tono.

Primero, la monarca, seguida por su nuera, la argentina Máxima, y por su hijo, el príncipe de Orange, recorrió la muestra denominada "Ana Frank: Una historia vigente", que recuerda la vida de la niña que vivió junto con su familia escondida entre 1942 y 1944 en Amsterdam durante la invasión nazi a Holanda y que finalmente murió en un campo de concentración.

Pese a todas las advertencias acerca del protocolo que la comitiva se encargó de remarcar a quienes presenciaban la visita real, la reina se mostró muy amable con los guías y con los jóvenes cadetes de la Policía y de Gendarmería presentes al punto que se preocupó por uno de ellos que estaba descompensado.

"Ese chico no se siente bien", dijo a la comitiva la Reina segundos antes de que el joven se desplomara.

En tanto, la princesa Máxima Zorreguieta, cuyo padre fue secretario de Agricultura del dictador Videla, se mostró muy interesada en publicar un libro que contenga las imágenes y los textos que componen la muestra sobre Ana Frank, que recorrió ya 1600 ciudades en el mundo, y la dedicada a los años de la dictadura argentina, inaugurada hoy con la visita de la reina Beatriz.

Luego de 40 minutos, la comitiva de la realeza de Holanda se retiró del primer piso de la entidad bancaria y dejó un fuerte aplauso entre los presentes, quienes festejaron la visita.

Entre ellos, estaban los guías, que remarcaron que aún no salían del asombro por la "humildad" demostrada por la monarca.

"Me impactó poder hablar con la Reina y me encantó que ella nos preguntara cómo nos sentíamos nosotros", confió Mariela.

Fuente: Télam