El encuentro se viene organizando una vez al año a partir de 1985, cuando un grupo de mujeres viajó al Encuentro Internacional de Mujeres en Nairobi, despertando la idea de realizar una actividad similar en el país. De ese primer encuentro que se llevó a cabo en Buenos Aires, participaron 1.000 mujeres. Hoy, se estima que el número de participantes superará las 16.000 personas.

Con la idea de ampliar cada vez más la participación, la sede del encuentro va rotando, siendo siempre en una provincia distinta. Este año, toca a la Tacita de plata ser el escenario de esta actividad, que permitirá nuclear a mujeres de distintos puntos del país.

El encuentro comenzará con un acto apertura y luego las participantes se dividirán en talleres de acuerdo a la temática que elijan. La idea es que los talleres funcionen con una modalidad abierta, democrática y participativa, por lo que se conforman con un número de aproximadamente 40 mujeres para facilitar la participación de todas. Además, hay una coordinadora que modera el debate.

Desde la comisión organizadora, se ve un gran empeño en lograr que la participación sea horizontal y democrática “partiendo de la idea de que todas tenemos experiencias, conocimientos, sentimientos que sirven para la comprensión de nuestra situación como mujeres”.

La comisión organizadora está conformada por aproximadamente 60 mujeres que se reúnen semanalmente para planificar el evento y la logística del mismo. Existe una página web http://www.encuentromujer2006.com.ar/, donde pueden consultarse las temáticas que se tratarán a lo largo del encuentro, así como también realizar la inscripción y solicitar becas para comida y alojamiento. Los temas que se abordarán en los talleres son, entre otros: Mujer y familia, sexualidad, salud, organizaciones de mujeres, violencia hacia la mujer, anticoncepción y aborto, cabeza de familia, desocupación, crisis social actual, ecología, etc. Luego de 3 medias jornadas de trabajo, se elaboran las conclusiones, que se pondrán en común.

Las organizadoras sostienen que la experiencia de participación e intercambio con otras “que comparten la común opresión de género y con miles que padecen problemas similares” deja una impronta que es difícil borrar: “La mujer que vuelve, tiene los mismos problemas que dejó al partir pero no la misma mirada, y sabe que miles como ella creen posible cambiar las relaciones, desde las familiares a las sociales, y lucha por hacerlo”.

Nota relacionada: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-2929-2006-10-09.html