Segun medios periodísticos españoles, Cavallo pasó solo la noche en libertad, lo cual levantó las quejas del letrado de los argentinos en ese país Carlos Slepoy contra la Justicia española.

Al parecer, un error o negligencia administrativa motivó que el exhorto del juez argentino Sergio Torres no llegara a tiempo y por esa razón Cavallo pasó la noche en libertad.

El pedido de Torres salió del juzgado el día 28 de diciembre.

Hace un mes, la Justicia española había tomado la decisión de que si el pedido no llegaba en un lapso de 40 días, Cavallo sería dejado en libertad.

Así ocurrió, pero esta mañana, al tener que volver a la Audiencia Nacional para cumplir con un trámite judicial, el ex marino, acusado de violaciones a los derechos humanos en su paso por la ESMA durante la dictadura, regresó a prisión.

La Audiencia Nacional desistió de juzgar a Cavallo al considerar "superado" el obstáculo que impedía hacerlo en la Argentina, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, derogadas en 2005 por el Congreso.

Slepoy, cuando todavía no se conocía la nueva detención del ex represor, expresó su "consternación" y "sorpresa" por la liberación provisoria de Cavallo, y apuntó contra el tribunal de la Audiencia Nacional.

Dijo que éste "debía hacer el juicio a Cavallo hace más de tres años" y en lugar de eso "viene retrasando su enjuiciamiento vulnerando la ley española y la doctrina del tribunal constitucional".

Slepoy señaló, en relación al pedido de extradición del juez Torres: "teníamos noticias de que había partido de Argentina hace bastante tiempo, más de tres semanas" y agregó que "estamos averiguando qué ha ocurrido".

"Ha quedado evidentemente dormido, entre comillas, en alguna dependencia en el Ministerio de Asuntos Exteriores, y estamos a la expectativa de ver si, efectivamente, la libertad provisional implica que esté en la calle. Suponemos que sí", arriesgó el abogado.

Asimismo, se preguntó si se había dictado alguna medida cautelar para evitar que Cavallo se fugara, algo que, como se demostró luego, no resultó necesario.

Indicó que, en adelante, "lo lógico sería que el juez de instrucción que vaya a entender en la causa pudiera dictar la prisión provisional, hasta tanto se resuelva el trámite de extradición".

A esa hora de la mañana en Argentina -pasado el mediodía español-, Slepoy dijo que "la situación es confusa. Estamos muy angustiados, es inconcebible lo que ha ocurrido".

Tras afirmar que "no preveíamos esto", Slepoy enfatizó: "es una verguenza para la Justicia española".

El capitán de corbeta había sido detenido en México en agosto de 2000, por un pedido de extradición del juez Baltasar Garzón, quien investigaba los crímenes de la dictadura militar en Argentina, puntualmente en la ESMA, donde desaparecieron unos 5.000 secuestrados.

En junio de 2003 fue extraditado por México y alojado en una cárcel madrileña.

La fiscalía de la Audiencia Nacional había reclamado una pena mínima de 13.332 años de cárcel y otra máxima de 17.010 por delitos de lesa humanidad y genocidio.