La movilización superó los 20 mil participantes y se desarrolló pacíficamente entre el paseo donde se levanta el Monumento a San Martín y la Gobernación, cuyas puertas y ventanas fueron pintadas de negro por los manifestantes en señal de luto.

Si el gobernador Sobisch "es tan responsable como él lo dice, sabe que le cabe renunciar", sostuvo Sandra Rodríguez, la viuda de Fuentealba e insistió durante el acto, y, ante un silencio lastimero, sostuvo que al dar la orden de reprimir a los policías "es como jalar el gatillo".

El acto en el mediodía nublado de Neuquén se inició con un crudo poema que envió Mirta de Rochietti, madre de Silvia Rochietti, una maestra muerta en 2000 en Neuquén "...enfermas neuronas que dominan y neuronas enfermas que obedecen/ ciegos, sordos, sin sentido,/ solo entienden reprimir, reprimir/ esa es la meta/ matar a los hermanos es lo que cuenta", dice algunos de sus versos.

La policía no se hizo ver en el trayecto de la marcha, y según trascendió los efectivos estuvieron encerrados en la Gobernación.

Pero ni al llegar a la zona ni al retirarse los manifestantes se cruzaron con algún miembro de la repartición.

Previamente a la marcha, el titular de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Marcelo Guagliardo también involucró como responsables de los conflictos docentes al presidente Néstor Kirchner.

"El presidente de la Nación es tan responsable como el gobernador de la Provincia, con escuelas que están militarizadas en Santa Cruz", enfatizó Guagliardo.

El acto se inició con tres llamados: "Compañero Carlos Fuentealba presente. Ahora y siempre" y siguió con la entonación del Himno Nacional.

Luego llegaron los reclamos de justicia, reivindicación de la lucha docente y pedidos de renuncia.

Y llegó el turno de Sandra Rodríguez, con su rostro flagelado por el dolor y su voz delgada: Sobre el escenario pidió "cárcel" para el policía que "jaló el gatillo" y mató a su esposo.}

"...Y al señor gobernador, que dio la orden (de reprimir), esa orden fue como jalar el gatillo", sostuvo entre sollozos Rodríguez, quien agregó que si Sobisch "es tan responsable como él lo dice, sabe que le cabe renunciar; si le duele tanto que 'mi' Carlos, el maestro, haya muerto, es su deber moral hacerlo".

La maestra exigió "cárcel" para el policía que "jaló el gatillo" y consideró que "aquellos que ejecutaron las órdenes son tan responsables como el autor material del crimen".

Rodríguez recordó a su esposo como "un hombre de campo, un hombre con mayúsculas", y dijo que "era un obrero, un empleado, un maestro, con el que padecimos la pobreza y todavía seguimos peleando el mango".

"Debemos seguir viviendo, como dijo mi hija, para hacer justicia, para que algo cambie en este mundo", manifestó.

La esposa del profesor, con quien tuvo dos hijas, consideró que "no hay forma de referirme a este hecho más que con esta palabra, que aunque no me gusta es la verdad: fusilaron a 'mi' Carlos y, con él, a toda mi familia".

"Así también dio vida y dio fuerza a cada alumno, a cada compañero, a cada amigo, a sus familiares y a los trabajadores", dijo la mujer al recordar a su compañero.

En un mensaje que leyó ante la multitud reunida frente a la Casa de Gobierno en Neuquén, Rodríguez manifestó que "no existe consuelo para esto".

"Carlos me enseñó a no bajar los brazos, mi amor, no los estoy bajando, hasta siempre", expresó Sandra Rodríguez finalizar su alocución.