00:00 › CASO GARCíA BELSUNCE> DECLARA HOMBRE A CARGO DE UN COMEDOR COMUNITARIO
El viudo Carlos Carrascosa lloró hoy durante el juicio oral que se le sigue por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce, cuando escuchó el testimonio de un hombre que estaba a cargo de un comedor comunitario de Pilar, en el cual la víctima colaboraba con alimentos.
A diferencia de su gesto adusto y distante, el viudo mostró otro costado hasta ahora desconocido, cuando lagrimeó frente al tribunal y los periodistas mientras escuchaba al testigo Roberto Effling, quien relataba lo importante que había sido María Marta para el comedor comunitario en el que trabajaba.
"Para mí, primero estaba mi madre, después mi mujer y después María Marta", dijo Roberto Effling antes de comenzar a sollozar. El hombre relató que la mujer asesinada colaboraba con todo tipo de mercadería y especialmente alimentos con el que le daban de comer a 170 chicos.
En ese momento, Carrascosa miró al testigo y comenzó también a lagrimear. Luego, le pidió un pañuelo de papel a su abogado, se secó las lágrimas y volvió a su compostura habitual.
Por otra parte, Effling también recordó en su declaración testimonial de hoy que tras el crimen de María Marta, recibió la ropa de la víctima para que sea donada entre la gente que concurría al comedor comunitario.
El testigo dijo que no recordaba quién fue el que lo llamó para decirle que tenía la ropa de María Marta y afirmó que tiempo después, el fiscal le pidió que recuperara una camisa blanca que fue la que tenía puesta la víctima en el momento del crimen.
Finalmente, Effling explicó que en una oportunidad recibió un ofrecimiento sugestivo por parte de tres hombres que se le acercaron en un auto y le dijeron que le daban dinero para que involucrara a Irene Hurtig (hermanastra de María Marta) en la causa.
"Yo les respondí que no me involucraba en esas cosas. Y nunca más los vi", dijo.
En tanto, durante la mañana de hoy, declaró un jardinero llamado Fabricio Courreges, quien actualmente sigue siendo empleado de Carrascosa, quien ayudó a limpiar la casa de María Marta García Belsunce tras el crimen.
El hombre recordó que ayudó a las mucamas Mirta Molina y Ema Benítez a retirar el colchón del dormitorio en el que había sido velada la víctima para lavarlo, ya que tenía una mancha de sangre a la altura de la cabecera.
Fuente: Télam
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