Las ballenas francas, que se dirigen hacia el sur, se pudieron observar desde el balneario El Cóndor, en la desembocadura del Río Negro, mientras que varios ejemplares de orcas que se acercan a la playa para cazar lobos permanecen en el área entre Punta Bermeja y Bahía Rosas, hacia el sudoeste de la capital rionegrina.

Una de las orcas que se pudo ver allí es el ejemplar macho Mel, que en 1976 fue víctima de un insólito ataque a balazos, provocado por el temor a que los lobos marinos corrieran riesgo de extinción.

Los datos, aportados por los guardias ambientales dependientes del Consejo, indican que los cetáceos se divisan a 200 metros de la costa y, en el caso de las ballenas francas, se desplazan hacia el sur, en dirección a la península de Valdés, en Chubut.

Ariel Lapa, con funciones en la reserva faunística de La Lobería, 60 kilómetros al sudoeste de Viedma, dijo que "hay un grupo de cinco orcas que desde fines de la semana pasada merodea la zona y lanza sus ataques".

"Pudimos reconocer dos ejemplares adultos que ya están en los registros de la fauna marina del país, un macho que se llama Mel y una hembra bautizada como Maga, además de tres animales jóvenes aún sin identificar" añadió.

Las orcas, que pesan entre 4 y 8 toneladas, aprovechan los momentos de la pleamar para embestir la playa y cazar lobos marinos, generalmente ejemplares jóvenes que no logran escapar a tiempo de sus fauces.

Lapa sostuvo que "el espectáculo que ofreció este grupo de orcas fue, al mismo tiempo, sangriento y apasionante, era una manifestación de toda la crudeza de la vida natural a muy pocos metros de nosotros, tal como solamente a veces lo vemos por televisión".

El apostadero de lobos marinos de Punta Bermeja se encuentra al pie del acantilado de 60 metros de altura, donde están instaladas pasarelas y miradores para la observación por parte de los visitantes.

El especialista ambiental Edgardo Intrieri, asesor en la materia en la Legislatura de Río Negro, confirmó la presencia de la orca Mel entre los visitantes a la reserva faunística. "Ese animal está identificado desde 1976 porque un disparo de

fusil FAL le quebró la aleta dorsal, de 1,80 metros de altura aproximadamente, provocándole la caída hacia la izquierda" dijo, en diálogo con radio Noticias.

Intrieri recordó, en ese sentido, que "en aquellos tiempos, cuando por primera vez se observó la presencia de orcas cazando lobos marinos en la región, por desconocimiento de la vida natural algunos pensaron que esos ataques ponían en peligro la reserva".

"Hubo así quienes, con el uso de armas de guerra seguramente provistas por fuerzas de seguridad, dispararon contra las orcas antes que la oportuna intervención de algún organismo de fauna evitara la matanza", añadió.

Mel, como llaman al majestuoso ejemplar macho de orca que ahora debe pesar más de 8 mil kilos, quedó para siempre con su aleta perforada de un balazo y se estima que tiene unos 50 años. Intrieri sostuvo que "desde 1976 en adelante casi no han

fallado las visitas de orcas en la zona, lo que hace presumir que este ejemplar, a veces acompañado y a veces solo, sigue el mismo comportamiento de dieta alimentaria".

"Una de sus presas favoritas son, sin duda, los cachorros de lobos marinos, que en esta época tienen casi 6 meses", agregó.

El especialista dijo también que la población de cetáceos en el mar Argentino está en aumento, como consecuencia de las medidas de conservación puestas en marcha en los últimos años; y estimó que en la actualidad hay entre 36 y 38 orcas entre Punta Bermeja y Península Valdés.