00:00 › ENTRE PAKISTáN Y LA INDIA
Musulmanes e hindués fueron divididos hace sesenta años entre la India y Pakistán, en una decisión adoptada por los políticos indios y la colonialista Gran Bretaña que causó una serie de matanzas y el posterior asesinato de Mahatma Gandhi.
La partición entre las dos comunidades principales desencadenó una ola de violencia que fue consentida tanto por las tradicionales princesas y marajaes de la India, así como por sus temerosos sirvientes.
La India, que se independizó del Reino Unido el 15 de agosto de 1947, fue dividida de acuerdo a sus dos principales grupos religiosos, al que se sumaron los sikhs, que salieron en busca de sus tierras, sufriendo privaciones extraordinarias.
Un día antes, fue proclamada la independencia de Pakistán, el segundo país musulmán más poblado del mundo con 140 millones de habitantes.
Con la participación del país,los musulmanes marcharon hacia el oeste de Pakistán; los sikhs y los hindués se movieron hacia el este de la India, cargando sus enseres y animales. Sólo en un mes hubo 849.000 refugiados dentro de la India.
En la medianoche del 15 de agosto, el líder indio Jawaharlal Nehru declaró que "mientras el mundo dormía, la India despertaba a la vida y a la libertad".
Sin embargo, las masacres religiosas se sucedían a ambos lados de la líneas divisorias y, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, la violencia se tornó incontrolable.
El historiador británico Yasmin Khan señala en su libro "La Gran Partición: la creación de la India y Pakistán" que, a pesar de las promesas de igualdad, todas las comunidades se lanzaron a una lucha desenfrenada con miras al aniquilamiento.
El asesinato de Mahatma Gandhi, ocurrido el 30 de enero de 1948 por un extremista hindú opuesto a la reconciliación con los musulmanes, tuvo su origen en la política de partición.
Khan sostiene que la premisa de que una religión poderosa puede aglutinar a diferentes grupos étnicos en un estado, como sostenían los politicos indios y Gran Bretaña, "resultó equivocada", según un artículo de la revista The Economist.
El caótico fin del imperio del sur de Asia fue "un shock de proporciones épicas", enfermizamente concebido, no debidamente planeado" ni por los políticos indios ni por el Reino Unido, dijo el historiador.
Mohammad Ali Jinnah, considerado el padre de la independencia paquistaní, opinaba que el país debía ser un Estado islámico moderado y liberal y no una teocracia, que mantuviera relaciones cordiales y amistosas con sus vecinos.
El movimiento por la formación de un estado independiente fue lanzado por la Liga Musulmana Pakistaní, con la exclusión de los partidos religiosos.
Desde la partición de la India, el territorio de Jammu y Cachemira permaneció en disputa, provocando dos de las tres guerras que mantuvieron ambos países, en 1947 y 1965.
Una tercera confrontación se libró 1971 que derivó en la independencia del llamado Pakistán oriental que se convirtió en Bangladesh.
Fuente: Télam
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