Los graves incidentes comenzaron ayer por la tarde tras la muerte de dos jóvenes de 15 y 16 años luego de que su motocicleta chocó con un patrullero en Villiers-le-Bel, un suburbio al norte de París donde habitan numerosos residentes residentes de origen asiático y africano.

Al menos 25 policías y un bombero fueron heridos en las seis horas de desmanes y enfrentamientos con la policía que siguieron a la muerte de los jóvenes, mientras que 28 automóviles, cuatro comercios y una comisaría fueron incendiados.

Nueve personas fueron arrestadas, y la situación volvió a la calma recién a la una de la madrugada de hoy, según dijeron fuentes policiales.

Un juez abrió hoy una investigación por "homicidio involuntario y no asistencia a personas en peligro" tras la muerte de los adolescentes.

Hace dos años, las periferias de París fueron escenario de varias semanas de enfrentamientos con la policía, desencadenados por la muerte de dos jóvenes descendientes de inmigrantes que huían de la policía y se electrocutaron.

Los incidentes de 2005, los peores en varias décadas, evidenciaron el fracaso de Francia en integrar a su población inmigrante, sobre todo a los árabes de sus ex colonias en Africa.

El gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy, un ex ministro del Interior conocido por su mano dura con la inmigración ilegal y el crimen, prometió un "plan Marhsall" para tratar con la exclusión y el desempleo en los suburbios.

El secretario del opositor Partido Socialista, Francois Hollande, pidió explicaciones al gobierno y dijo que los nuevos disturbios demostraron la "profunda crisis social" que subsiste en en Francia.