Sarkozy recorrió el suburbio de Villiers Le Bel, habitado en su mayoría por familias de inmigrantes y obreros y luego se trasladó a un hospital en el norte de París, donde fue internado uno de los policías heridos en los enfrentamientos con manifestantes, informó la oficina de prensa del gobierno francés.

El presidente francés, quien regresó hoy de una visita a China, prometió duras condenas para los responsables de los ataques, que ya provocaron más de 200 heridos, incluso varios policías alcanzados por disparos, y un sinnúmero de autos incendiados y propiedades dañadas.

"Así que las cosas están muy claras: lo que ha sucedido es totalmente inaceptable. Encontraremos a quienes abrieron fuego y los llevaremos a rendir cuentas ante la justicia", dijo Sarkozy luego de visitar en Eaubonne, al norte de París, a un capitán de policía herido, informó la agencia Europa Press.

Fuentes del Ministerio del Interior francés manifestaron su preocupación por la preparación de los jóvenes que participan en los enfrentamientos con la policía, en relación con los disturbios de 2005.

Según esos informes, los jóvenes que participan en los choques con los efectivos son, en su mayoría, menores de edad, lo que evitaría su posterior procesamiento judicial, mientras que los mayores monitorean sus movimientos y los dirigen a través de teléfonos celulares.

Además, según las fuentes, los manifestantes poseen gran cantidad de bombas incendiarias caseras y se protegen de los gases lacrimógenos lanzados por la policía con máscaras utilizadas por los trabajadores de la construcción y jugo de limón en su rostro, que ayudaría a repeler sus efectos.

La violencia, que dejó en evidencia una vez más un grave problema de integración económica y racial en la compleja sociedad francesa, vuelve a tener como uno de sus protagonistas a Sarkozy, quien entonces era ministro del Interior y llegó a calificar de "escoria" a los manifestantes.

El mandatario francés recibió hoy a las familias de los dos jóvenes muertos, a las que anunció que se iniciaría una "profunda investigación judicial" para determinar las circunstancias en que se produjo la colisión fatal el domingo por la tarde.

Sin embargo, aclaró que "quienes disparan a la policía nada tienen que ver con este hecho".

El abogado de las familias, Jean Pierre Mignar, dijo que la investigación era "necesaria" y estimó que las famlias de las víctimas deben "ser asociadas en la búsqueda de la verdad" pues es una "garantía de independencia e imparcialidad" para permitir un "proceso de apaciguamiento que acabe con los rumores".

Nicolás Sarkozy afirmó que "los responsables de haber disparado contra funcionarios de policía serán puestos a disposición de la justicia en lo criminal" por "tentativa de asesinato".

En enfrentamientos registrados anoche, al menos 80 policías fueron heridos y varios autos incendiados, aunque el nivel de violencia disminuyó, en parte por el despliegue de alrededor de 5.000 efectivos policiales apoyados por helicópteros, informó la ministra del Interior francesa, Michelle Mariot-Marie.

Los enfrentamientos no tuvieron la magnitud de las noches anteriores y se circunscribieron a lugares cercanos al que murieron los jóvenes, lo que hizo disminuir el temor de las autoridades a que se extendieran a otras ciudades.

La funcionaria afirmó que la situación estaba "tranquila" e informó también que 39 personas fueron arrestadas en la noche de ayer en relación a los enfrentamientos.

Los hechos de violencia evocaron los registrados en distintas ciudades de Francia en 2005, cuando miles de manifestantes salieron a las calles y chocaron con la policía e incendiaron más de 3.000 vehículos por la muerte de dos jóvenes cuando eran perseguidos por la policía.