"Si un rico mora en el morro, es 'chic', pero si un pobre vive en el morro, es afavelado", afirmó el presidente en la favela Pavao-Pavaozinho, en la zona sur de la capital turística de Brasil.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que bloqueó desde el jueves la única vía de acceso a la favela, Lula llegó a a las 9.40 locales, y permaneció allí hasta poco antes del mediodía, para lanzar un paquete de obras millonarias de urbanización de esa comunidad, contenidas en el Programa de Aceleracion de Crecimiento (PAC).

"Queremos transformar este lugar en un lugar decente y digno, donde puedan estar orgullosos de vivir. Esta inversión va a permitir que ustedes conquisten una cosa sagrada que es la ciudadanía", dijo el mandatario, citado por la agencia Radiobras.

Además, Da Silva, un nordestino de origen muy humilde, dijo que "es aquí, en los lugares más pobres, en los morros, en las favelas, donde mora la esencia de la raza y el pueblo brasileño".

El presidente fue ovacionado por más de un centenar de niños, jóvenes y adultos, moradores de la favela, ubicada de frente a la playa de Copacabana, y a unos 300 metros de altura.

Lula da Silva estuvo acompañado por el gobernador de Río, Sérgio Cabral, los ministros Carlos Lupi, de Trabajo, y Marcio Fortes, de Ciudades. Anunció el inicio de un paquete de obras de inversiones millonarias en infraestructura en las favelas de la ciudad, donde viven unos 2,5 millones de personas, informó la agencia italiana ANSA.

"No es normal que una ciudad como Río de Janeiro aparezca siempre solo en la páginas policiales", enfatizó el presidente en referencia a los enfrentamientos permanentes entre policías, narcos y milicianos que en lo que va del año se cobraron la vida de más de 800 personas.

"Tampoco es habitual que un presidente, varios de sus ministros y un gobernador suban a una favela. Por eso estamos hoy aquí, para devolverle a la gente una cosa sagrada, la dignidad", subráyó Lula, en el auditorio del centro de actividades sociales Espacio Esperanza, creado hace ocho años, por la Red Globo y la UNESCO.

Pese a las fuertes especulaciones sobre que Lula caminaría por la favela al menos cien metros para saludar a los moradores apostados detrás de las vallas de seguridad para "verlo de cerca", el presidente y su comitiva salieron del lugar en una caravana de automóviles oficiales.

"Queríamos verlo de cerca, saludarlo, pero bueno, la fiesta se acabó", dijo Joselina Moraes, de 64 años y moradora de la favela, considerada "de alto riesgo" y dominada por el grupo delictivo Comando Vermelho, la más antigua de Rio de Janeiro.