Según el presidente de este banco, el tercero de Francia, Daniel Bouton, este timo millonario fue fruto del fraude de "un hombre solo", quien que supo escapar a los "procedimientos de control".

El agujero contable se produjo, irónicamente, en el sector de "derivados de acciones", en el que la Societé Générale es número uno mundial y en el que se requiere una sofisticada organización de control de riesgos.

El empleado, Jérome Kerviel, reconoció los hechos y fue objeto inmediatamente de una denuncia presentada en la Fiscalía del tribunal de Nanterre, en las afueras de París, por "falsedad en documentos bancarios, uso de informaciones falsas e intromisiones informáticas".

Kerviel, el corredor de 31 años, actuó solo, no se sabe si por cuenta propia o ajena, y desde "su puesto de trabajo, como una especie de empresa disimulada" dentro de la empresa, según Bouton. "Pido disculpas a todos los accionistas, sobre todo a los accionistas asalariados", aseguró el responsable, quien renunció a seis meses de salario, al igual que el director general del banco.

Tras haber sido suspendida durante varias horas en la bolsa de París, la acción de Societé Générale cerró finalmente sus negocios con una baja de 4,14%.

Al mismo tiempo, el banco anunció pérdidas por otros 2000 millones de euros vinculadas a las depreciaciones generadas por la crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo en Estados Unidos ("subprime").

En el foro económico de Davos, el primer ministro francés, François Fillon, reconoció que el asunto era "serio" pero subrayó que no tenía nada que ver con la situación actual de volatilidad de los "mercados financieros".

"La confianza no se ha roto y la situación financiera se ha restaurado", intentó tranquilizar Bouton.