El motín comenzó pasada la medianoche de hoy cuando los reclusos menores -alrededor de 150- comenzaron a hacer destrozos y prendieron fuego los colchones, pero los bomberos controlaron rápidamente las llamas.

Grupos especiales de la policía de Tucumán se sumaron para auxiliar a los guardiacárceles para frenar el motín.

Cuando el fiscal Alejandro Noguera se hizo presente en el lugar para negociar la entrega de los rehenes, otras unidades intentaron plegarse al motín, lo que provocó la reacción de las fuerzas de seguridad que efectuaron algunos disparos.

Luego de negociar, Noguera hizo deponer la actitud de los presos, que le pidieron al fiscal mejores condiciones y trato dentro de la cárcel.

Ahora todo ha vuelto a la calma, pero el director del Servicio Penitenciario Roberto Gullot no brindó ningún tipo de información a los familiares de los reclusos ni a la prensa.