Fabiana contó que con su hija Micaela se ubicaron cerca del escenario para ver el show y dijo que "no tocaron más que unas notas y se prendieron ocho bengalas", en momentos en que ella veía que había "muchos trapos colgando" de las barandas, en referencia a las banderas de los fans.

La testigo aseguró que "las chicas se subían sobre los chicos con las bengalas" y señaló que ella estaba "muy asustada y muy pendiente" porque suponía que algo iba a suceder, hasta que de repente vio que algo comenzó a prenderse fuego.

"Vamos que esto es un incendio -recordó que le gritó a su hija- Ahí crucé el salón, perdí una sandalia y mi hija me dijo: 'Se prendió fuego todo el techo' y enseguida se cortó la luz y no se podía respirar".

"Mi hija me empezó a pedir perdón por haberme llevado, me pidió que la sacara de ahí y yo lo único que quería era eso, sacarla a ella", recordó entre lágrimas.

La mujer aseguró que al acercarse a la salida "las puertas no se abrían" y cuando logró salir, apenas hizo dos pasos y un montón de gente se cayó encima de ella y su hija, muchos de ellos desmayados.

"Tengo la pierna atorada", relató que le gritaba Micaela y que cuando un joven la sacó, ella, al advertir que le iba a costar mucho salir, le pidió: "Andá hasta la esquina y si ves que no salgo, tomate un taxi y andá a la casa de la abuela".

"Cuando la veo que pasa el hall, dije 'ya está' y me quedé ahí esperando, creo que era la única que estaba despierta. Entonces un chico gordo me sacó la gente de arriba y ahí logré salir", rememoró.

Apenas salió del boliche, dijo que halló a su hija en la esquina "asustada porque había muchos chicos vomitando y otros gritando", y dijo que decidieron irse a la casa de un amigo, porque se imaginó que "iba a haber muchos chicos muertos".

Previamente, Fabiana contó que su hija no se había perdido ningún recital del grupo de rock y que cuando fue a sacar las entradas a un local de "Locuras", le dijeron que no había problemas con el ingreso de menores y que pagaban a partir de los ocho años.

Afirmó que en principio ella pensaba llevar también al show a su otra hija, de nueve años, pero a último momento desistió: "Gracias a Dios no la llevé porque hoy no estaría acá", dijo con la voz quebrada.

La mujer aseguró que tras un cacheo minucioso en la entrada, que incluyó su cartera y que le sacaran las zapatillas a su hija, fue hacia el primer piso, cerca de un baño, pero que un policía le dijo que no podía estar allí, presuntamente porque obstruía la puerta de acceso.

Esta es la primera testigo que habla de presencia policial en el interior del local al momento del recital, ya que hasta ahora sólo se mencionó que había efectivos en el exterior, en patrulleros.

Tras la advertencia del policía, la mujer bajó observó que en la planta alta había "cochecitos de bebés y mujeres embarazadas" y se ubicó cerca del escenario, desde donde escuchó a Omar Chabán, gerenciador del local, gritarle a la gente que no prendieran más bengalas porque iba a suceder una tragedia.

"Los chicos lo abucheaban, no lo querían escuchar más, pero se habían prendido muchas bengalas, era todo humo y no se veía nada", recordó la testigo, y dijo que Chabán usaba "una galera o un sombrero raro".