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El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, exigió en Ginebra "una actitud más dura" con los paraísos fiscales y los especuladores, al tiempo que pidió un nuevo orden económico mundial que recompense la producción y no la especulación. También criticó a los bancos y a las calificadoras de riesgo.
La crisis actual "exige de las empresas, de los trabajadores y de los gobiernos una actitud más dura", declaró Lula, en la parte improvisada del discurso que ofreció al abrir una minicumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dedicada a las consecuencias de la recesión económica.
"No se puede convivir con paraísos fiscales", declaró Lula desde Suiza, un país que figura precisamente en la lista gris de los paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aunque sin citar ningún nombre.
"No se puede convivir con un sistema financiero que especula con papeles y papeles sin generar un puesto de trabajo, sin producir un zapato, una camisa o hasta una corbata", añadió Lula, que fue ovacionado por los representantes de 183 Estados, y de numerosas empresas y sindicatos.
"Quien trabaja con papel, vendiendo papel, comprando papel, sin producir nada, acaba por quebrar un día. Y eso fue lo que aconteció", lamentó Lula, en vísperas de su participación en Rusia en la primera cumbre de los BRIC, que agrupa a cuatro potencias emergentes (Brasil, Rusia, India y China).
El mandatario brasileño aprovechó su visita a Ginebra para criticar otra vez la actitud de las instituciones financieras multilaterales.
"En las crisis de los años 80 y 90, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) tenían todas las soluciones para los países pobres. En cambio, cuando la crisis ocurre en Estados Unidos, en Japón, en Europa, ni el FMI ni el BM tiene alguna propuesta para solucionar la crisis", deploró.
Luego, Lula arremetió contra los bancos, especialmente las agencias calificadoras.
"Bancos importantes que miden todo el día el riesgo en Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Sudáfrica, Angola, Mozambique, o sea esos bancos que eran tan especialistas en medir nuestro riesgo, no se detuvieron ni un solo instante para medir sus propios riesgos. Y quebraron", ironizó.
Momentos antes, en un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Lula pidió cambios en la economía mundial.
"Como dirigente de un país en desarrollo, espero que surja de la crisis un nuevo orden internacional que recompense la producción y no la especulación", afirmó el mandatario brasileño, que debe almorzar con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Ese nuevo orden también debe respetar "las normas medioambientales viables" y "convertir el comercio internacional en un instrumento de desarrollo" para "una distribución más justa de la riqueza", agregó.
Denunció asimismo los "efectos perversos" de la crisis, que afecta "a los emigrantes y a los más pobres", que "no son los responsables" de la recesión que afecta a varios países.
Lula recordó que "prestar atención a los derechos humanos es una parte indispensable de cualquier estrategia para superar los efectos de la crisis mundial que estalló en septiembre de 2008".
"La crisis financiera, que nació de la desregulación de las economías más ricas, no es un pretexto para alentar el incumplimiento de las obligaciones de cada Estado con la promoción y la protección de los derechos humanos", explicó Lula.
"Tampoco debe llevar al incumplimiento de los compromisos con los más necesitados", añadió el mandatario brasileño, quien recordó que el Congreso de su país acaba de aprobar una ley que regulariza la situación de "cientos de miles de emigrantes".
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