Ante el príncipe Felipe --en representación de sus padres, los reyes españoles Juan Carlos y Sofía--, la Presidenta sostuvo que "estamos pasando momentos difíciles y de futuros indescifrables" impuestos por "un mundo nuevo que no hemos alcanzado todavía a visualizar que exigirá redefinir reglas, comportamientos, actitudes y políticas de parte de cada uno de nosotros".

En ese sentido, reiteró que "se han derrumbado estrepitosamente las verdades que no eran verdades y el reino del pensamiento único, lo que implica que tenemos nuevos desafíos por delante".

Acompañada por el flamante presidente de Unasur y diputado nacional Néstor Kirchner, los cancilleres de España, Miguel Angel Moratinos, y de Argentina, Jorge Taiana, Cristina consideró que tales desafíos "lejos de atemorizarnos o amilanarnos, deben comprometernos a rescatar el valor de la política como instrumento transformador de la historia ya que tanto hincapié se ha hecho sobre la economía, el mercado y lo financiero".

En ese sentido invitó a "hacer el esfuerzo para tornar a la política sin renegar del mercado, sino dándole dimensión humana con la intervención del estado y con nuevas regulaciones que son imprescindibles para poder afrontar esta crisis que es la más grave después del `30".

Como ejemplo, la Presidenta reiteró la reanudación de las negociaciones comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea, a las que calificó como "un signo demostrativo de todo lo que venimos construyendo en estos años, tal vez lentamente, pero sin pausa y que es parte de los desafíos de la globalización".

"Esto nos debe comprometer además a tener mucha apertura mental y a la vez flexibilidad intelectual", subrayó.